Los signos del zodíaco y las estaciones

A cada signo, su estación; a cada estación, sus signos. Los 12 signos astrológicos se suceden en el zodíaco al ritmo de la naturaleza.
 
Guiados por los movimientos de las estrellas en el cielo y por el ritmo de las estaciones de la Tierra, los antiguos crearon el zodíaco, donde se integran los grandes ciclos del universo y de la naturaleza.
En el zodíaco, los 12 signos astrológicos se agrupan de 3 en 3, en cada una de las 4 estaciones. Primavera: Aries, Tauro, Géminis; Verano: Cáncer, Leo, Virgo; Otoño: Libra, Escorpio, Sagitario; Invierno: Capricornio, Acuario, Piscis.
Están también agrupados de 3 en 3, según los 4 elementos: Fuego: Aries, Leo, Sagitario; Tierra: Tauro, Virgo, Capricornio; Aire: Géminis, Libra, Acuario; Agua: Cáncer, Escorpio, Piscis.
Recordemos que el zodíaco, el instrumento del astrólogo, es un sistema de lectura creado por el hombre de la Antigüedad para reunir y codificar sus conocimientos, su visión del mundo y de la vida.
Para entender la estructura fundamental del zodíaco, hay que descubrir y señalar las analogías existentes entre cada una de las 4 estaciones del año y cada uno de los 12 signos astrológicos, instalados en el zodíaco a partir de la observación de los fenómenos de la naturaleza.

Los elementos Fuego, Tierra, Aire y Agua
Los componentes fundamentales del Universo, que son los 4 elementos del zodíaco, están asociados a los estados de la materia: fuego o incandescencia, tierra o sólido, aire o gaseoso, agua o líquido.
También coinciden con los 4 principios: caliente, seco, húmedo y frío, y con los 4 temperamentos: colérico, melancólico, flemático y sanguíneo.
Desde Hipócrates (médico griego del s. v a.C.) hasta Tolomeo (sabio griego del s. n a.C.), el gran principio de los 4 elementos, que constituyen el zodíaco, y de sus correlaciones, fue aplicado a la medicina y a la astrología.
El fuego, que combina el calor y lo seco, es el elemento de Aries, Leo y Sagitario; la Tierra, amalgama del frío y de lo seco, es el elemento de Tauro, Virgo y Capricornio; el Aire, compuesto del calor y de lo húmedo, es el elemento de Géminis, Libra y Acuario; finalmente el Agua, mezcla de lo frío y de lo húmedo, es el elemento de Cáncer, Escorpio y Piscis.

Los signos del zodiaco y las estaciones
Desde el equinoccio de primavera, el 21 de marzo (instante en que el Sol entra en el signo de Aries), hasta el equinoccio de otoño, el 21 de septiembre (momento exacto en que el Sol penetra en el signo de Libra), los días son más largos que las noches. Luego, el proceso se invierte.
La Tierra entra en su ciclo otoñal e invernal, durante el cual las noches son cada vez más largas, hasta llegar al solsticio de invierno (el 21 de diciembre), el día cuya noche es la más larga del año.
Como es sabido, este ritmo de calor y frío, y el equilibrio entre ambos, son esenciales para la vida en la Tierra. Muy esquemáticamente, se puede observar que un niño nacido en el período cálido del año, durante el cual el cielo es más benévolo y el clima más suave, no tendrá la misma constitución física ni la misma resistencia que un niño nacido en pleno invierno, cuando la temperatura exterior se encuentra bajo cero.
Esta diferencia extrema resultaba probablemente más evidente y observable hace unos cien mil años; pues la vida en la Tierra era entonces más primitiva y la supervivencia de la especie humana dependía estrechamente de sus relaciones con el medio.
A partir de estas observaciones, nació el principio de la Astrología, que se basa en las estrechas relaciones y las coincidencias reveladas y manifestadas a través de elementos que no tienen vínculos aparentes entre sí, pero que si se los compara pueden entonces asociarse simbólicamente al nacimiento, la existencia y el destino de un ser.
Los nombres mismos de los hombres, en las sociedades primitivas, se escogían a menudo según la relación entre el nacimiento del niño y la manifestación de un fenómeno natural o de un hecho extraordinario producido en dicho instante.

La Primavera.
El Aire es su elemento dominante.
La primavera es la estación del despertar, de la eclosión, del renacimiento, de la renovación de la naturaleza.
Bajo el efecto del Sol, que calienta la Tierra, y de los días más largos que las noches, en primavera el agua que ha impregnado la tierra durante el invierno se evapora y la humedad desaparece en el aire, que va haciéndose más liviano.
Primer signo del zodíaco: Aries, primer signo de Fuego. La humedad se evapora. Los capullos van brotando mientras otros se abren y los tallos de las plantas empiezan a crecer.
En la naturaleza, todo es impulso hacia el futuro, hacia la vida, hacia la luz del sol. ¡Audacia, comienzo, entusiasmo, aparición, son las palabras clave de Aries!
Segundo signo del zodíaco: Tauro, primer signo de Tierra. Bajo el aire que se va calentando, la tierra firme, todavía húmeda, es fértil. La hierba y las plantas se nutren de la sal de la tierra y disfrutan de los primeros efectos benéficos del sol.
Es la era de la procreación, de la fecundidad, de la vida sana, generadora y natural, características propias del signo Tauro.
Tercer signo del zodíaco: Géminis, primer signo de Aire. Los días son mucho más largos que las noches. El Sol se eterniza en el cielo. Nos acercamos al solsticio de verano. Las temperaturas son agradables, el aire es ligero.
Podemos vagar. Es lo que está haciendo la naturaleza, que ofrece su gran espectáculo de floración, cuya variedad corresponde perfectamente al signo de Géminis.
El Verano.
El Fuego es su elemento dominante.
En el solsticio del verano, el primer día de esta estación, el Sol se halla en su cénit.
El verano cuenta con los días más largos del año. Sus benéficos rayos favorecen el crecimiento de la naturaleza, y la tierra puede ofrecer sus riquezas.
Cuarto signo del zodíaco : Cáncer, primer signo de Agua .A partir de ahora, la tierra se va secando. El agua del invierno se ha evaporado totalmente. La tierra tiene sed. El agua de la superficie terrestre (océanos y ríos) se recalienta. La naturaleza ne­cesita frescura, ternura, placidez..., todas estas características pertenecen a Cáncer.
Quinto signo del zodíaco: Leo, segundo signo de Fuego.La tierra está seca. El aire quema. Los fulgores del Sol ofrecen toda su potencia. Las flores y las frutas están maduras, impregnadas de sus rayos. Podemos recogerlas. La naturaleza es rica, generosa y la cosecha abundante, calificativos que atribuimos a Leo.
Sexto signo del zodíaco: Virgo, segundo signo de Tierra.El sol ya declina. Los días se hacen más cortos. Es la época de la vendimia, del almacenamiento de las cosechas. La tierra recupera sus derechos: se ara, se poda, se labra. Reconocemos, aquí, el sentido del orden y las facultades de discernimiento y previsión propias del signo de Virgo.
El Otoño.
Su elemento dominante es la Tierra.
El día del equinoccio de otoño la noche vuelve a reinar. La Tierra se aleja del Sol en este período del año. A lo largo de los días otoñales, aumenta el frío. La humedad reaparece. La tierra ya no se muestra fértil; pero se hace más receptiva. Aspira a ser fecundada. Todo lo que viene de la tierra ha de volver a ella: tal es el gran principio inmutable de la vida en la Tierra y, en este sentido, podemos decir que se autofecunda. En el otoño, entra en una fase de fermentación, de regeneración. Actúan sus fuerzas secretas, sus recursos y sus riquezas interiores.
Séptimo signo del zodíaco: Libra, segundo signo de Aire.
La naturaleza se encuentra en una fase de transición suave. Fluctúa entre los calores del verano y la humedad de principios del otoño.
Mientras que la tierra roturada y labrada reposa, el hombre trabaja en el justo reparto de los frutos que le ha dado: unos atienden a las necesidades vitales, otros vuelven a sembrarse para la siguiente producción. Esta distribución corresponde totalmente a la que hace Libra.
Octavo signo del zodíaco: Escorpio, segundo signo de Agua.Bajo el efecto del frescor creciente, la naturaleza se va despojando de su abrigo verde. Sólo se puede alimentar de ella misma para subsistir. Consume sus bienes más valiosos para regenerarse. Para poder cosechar, es necesario sembrar, acción que implica seleccionar y sacrificar la mejor semilla con el fin de obtener una cosecha abundante. Este último sacrificio realizado para renovarse corresponde a Escorpio.
Noveno signo del zodíaco: Sagitario, tercer signo de Fuego.
El frío ya aparece. La tierra ha sabido conservar en lo más hondo de sí misma la potencia del calor del verano, gracias al cual la semilla se abre. Este calor oculto, invisible en la superficie, es una promesa para el futuro. El Fuego se hace continuo e íntimo. Es el Fuego del hogar, alrededor del cual los hombres se reúnen para calentarse cuando se acercan los fríos. Es generoso, tranquilizador, estimula las energías profundas. Es el Fuego de Sagitario, que crea y reúne.
El Invierno.
Su elemento dominante es el Agua.
Al solsticio de invierno corresponde la noche más larga del año. Bajo el efecto del aire frío, la lluvia se transforma en nieve, la humedad en hielo. Es el reino del agua helada.
Décimo signo del zodíaco: Capricornio, tercer signo de Tierra. El frío sigue penetrando la tierra, hiela su superficie, la endurece. El animal hiberna en su cubil. El hombre se refugia en su casa. La semilla se repliega para sobrevivir al frío mortal. La naturaleza, agredida por la temperatura, pasa a la defensiva. Esta actitud que aísla y obliga a no contar más que con uno mismo es la de la era de Piscis.
Undécimo signo del zodíaco: Acuario, tercer signo de Aire.
Los vientos fríos barren continuamente la superficie terrestre. Las noches se hacen más cortas y la fría humedad de la tierra se empieza a evaporar. El aire está ahora más helado que la tierra. A partir de entonces, la semilla que resistió al frío recobra la vida y arraiga. Mientras tanto, revela su autonomía, gracias a la cual en la próxima primavera podrá surgir de nuevo. Se trata de la expresión de la voluntad de independencia de Acuario.
Duodécimo signo del zodíaco: Piscis, tercer signo de Agua.
Los días son más largos que las noches. La temperatura exterior aumenta. Bajo los efectos benéficos del Sol renaciente, llega la época del deshielo. Las aguas fluyen torrenciales. La tierra se carga de humedad. Las aguas freáticas se reconstituyen bajo el suelo. Las fuentes, los arroyos y los ríos crecen..., y a veces se desbordan. La tierra húmeda es intensamente receptiva. Cambian los paisajes. Es la era de las metamorfosis, de la comunión y de la exaltación de las cualidades sensibles de la naturaleza. Es la era de Piscis.

Bibliografía:
  • ARROYO, Stephen (1982). Astrología, Psicología y los Cuatro Elementos, Buenos Aires, Kier.
  • CARBÓ I PONCE, Esteve (2008). Manual de Astrología Tradicional, Barcelona, Mandala.
  • PARKER, Julia & PARKER, Derek (1997) Guía completa de Astrología. Barcelona, Grijalbo.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
La relación signo-estacion está en relación al hemisferio norte verdad?para comprenderlo desde el sur tenemos que desplazar las estaciones dejando tal cual los signos en el orden en que están?
IЯERI CALDERÓN ha dicho que…
Sí, para el hemisferio Sur se invierten las estaciones solamente.