Las estrellas fijas y la carta astral

Podemos interpretar una carta astrológica teniendo en cuenta eventuales conjunciones entre estrellas fijas y los astros, los puntos ficticios y las cúspides de las Casas en la carta astral. Todo nos lleva a pensar que los sacerdotes astrólogos de Babilonia concedían una gran importancia a las posiciones de las estrellas fijas. Por eso, cuando atribuimos esta tradición a la astrología árabe, ya que los árabes han sabido preservarla y respetar sus principios a lo largo de los siglos, debemos recordar que brota en las fuentes de Mesopotamia.
Para comprender su riqueza y su sutileza, debemos situarnos en el contexto de aquella civilización de agricultores y comerciantes, que estaba convencida de que la creación del hombre era obra de los dioses y que éste había sido torneado y modelado con barro por los mismos, especialmente para que los seres supremos no tuvieran que trabajar con tal de satisfacer sus necesidades alimenticias. Así pues, el destino de los hombres, de todos y cada uno de ellos, estaba en manos de los dioses.
No nos cansaremos de destacar hasta qué punto aquellas gentes de Meso­potamia hicieron de la noción de destino una doctrina fundamental, cuyo contenido hoy se nos escapa, porque nuestro espíritu lógico y racional tiene tendencia a excluir toda disposición que no sea física y biológica. Sin embargo, según su interpretación del destino, para aquellos relativos antepasados lejanos que vivían en lo que hoy consideramos la cuna de nuestra civilización y nuestra cultura, el hecho de estar marcado desde el nacimiento, de alguna forma, por unas reglas, leyes, ciclos, les ofrecía la posibilidad de prever y así anticipar los hechos.
Ahora bien, la anticipación equivalía para ellos a la prevención, y este procedimiento de gran finura fue lo que les indujo, por una parte, a imaginar y a crear la noción filosófica de «pecado», de la cual se impregnaría toda la cultura judeocristiana, y, por otra parte, a procurarse los medios de acceder al libre albedrío.
En efecto, si su destino podía tener algo de fatal e ineluctable, los pecados que eran susceptibles de cometer -es decir, las acciones erróneas, faltas y transgresiones- les hacían responsables de sus actos. Por eso, así como podían conocer y prever su destino en función de su nacimiento, y de tal modo anticipar
los acontecimientos para no tener que sufrirlos, sabían que podían elegir entre actuar bien o mal, que sus actos justos o injustos, buenos o malos, decidían también su suerte y su devenir. De ahí que, para ellos, destino y libre albedrío eran una misma cosa.
Bajo este estado espiritual debemos abordar el estudio de la carta astral a través de las estrellas fijas.

MÉTODO DE EMPLEO DE LAS ESTRELLAS FIJAS EN LA CARTA ASTRAL
Para identificar las estrellas fijas de una carta astral, se debe procurar una tabla de las principales estrellas fijas.
Se trata de seguir los 360 grados de la carta astral que has calculado e ir verificando si las cúspides de las 12 Casas (entre ellas el ascendente y el Medio Cielo, por supuesto), los astros y los puntos ficticios coinciden con los de las estrellas fijas que se encuentran en el zodiaco.
Para simplificar la búsqueda, se debe empezar siempre por la primera estrella fija situada a 2 grados del zodiaco y del signo Aries, en vez de partir del grado donde se encuentra el ascendente de tu carta astral. También se debe tener en cuenta que puede darse una conjunción entre una estrella y el angular de una Casa, o uno de los 10 astros, o de los 3 puntos ficticios, cuando existan 3 grados de orbe como máximo, es decir, 3 grados de separación entre los dos.
Por ejemplo, si un astro o una cúspide de una Casa o un punto ficticio se encuentran entre 95° y 101 grados del zodiaco, es decir, entre 5 y 11 grados del signo Cáncer, la estrella fija Alhena y uno de estos 3 puntos del zodíaco estarán en conjunción. En cambio, a 94 o 102 grados del zodiaco, es decir, a 4 o 12 grados de Cáncer, ya no lo es­tarán.


carta y estrellas fijas
LAS ESTRELLAS FIJAS DE LA CARTA DE NUESTRO EJEMPLO

Tomemos la carta de nuestro ejemplo y fijémonos en todos los grados marcados por la presencia de la cúspide de una Casa, un astro o un punto ficticio, partiendo de 0 grados de Aries.
image• A 7 grados de Aries o 7 grados del zodiaco, aparece la cúspide de la Casa XI.
En la tabla de las principales estrellas fijas, podemos ver que la segunda estrella, Algenib, está a 4 grados del zodiaco o a 4 grados de Aries.
Existe, pues, una conjunción entre la cúspide de la Casa XI de la carta astral y la de la estrella, ya que la diferencia entre ellas es de 3 grados. Por tanto, se debe anotar: Casa XI- Algenib.
• A 17 grados de Tauro o 47 grados del zodiaco, se encuentra la cúspide de la Casa XII. En la tabla observarás que no hay ninguna estrella en este grado, pero sí a 49 grados: Algol, la estrella fija más cercana, que se halla, por tanto, a 19 grados de Tauro. Esta separación no sobrepasa los 3 grados de orbe autorizados. Casualmente, este emplazamiento coincide con el de la Parte de la Fortuna. Así, se debe anotar: Casa XII-Algol y Parte de la Fortuna-Algol.
• A 25 grados de Géminis o 85 grados del zodíaco, hallarás el ascendente. Consultando las tablas de las estrellas fijas, observarás que 3 estrellas están en conjunción perfecta con la cúspide de la Casa I o ascendente: Alnilam, Phakt y Alnitak pero, además, otras dos (Bellatrix y El Nath) también están en conjunción, no tan perfecta, con el ascendente, pues se hallan a 82 grados. Por tanto se anota: Ascendente: 1 Alnilam, Phakt y Alnitak; 2 Bellatrix y El Nath. En este tipo de situaciones, siempre se debe tener en cuenta, en primer lugar, la estrella que se encuentra en conjunción perfecta, siendo también las demás importantes, pero de forma secundaria En este caso, Alnilam, Phakt y Alnitak son las que tendrán una importancia preponderante en la interpretación, siendo Bellatrix y El Nath las secundarias.
• A 16 grados de Cáncer o 106 grados del zodiaco, se encuentra la cúspide de la Casa II. En la tabla de las estrellas fijas, puedes observar que se encuentra en conjunción con Adara, la cual se halla a 103 grados del zodiaco. Se anota, pues: Casa II-Adara.
• A 8 grados de Leo o 128 grados del zodiaco, encontraremos la posición de la cúspide de la Ca­sa III que no corresponde con la presencia de ninguna estrella fija. Por tanto, se pasa de largo.
Y así sucesivamente, hasta haber identificado la última correspondencia en la carta astral de nuestro ejemplo.
• Júpiter situado a 13 grados de Piscis o 343 grados del zodiaco y la estrella Formalhaut, que se encuentra a 342 grados del zodiaco.
En el recuadro se expone una relación de las estrellas fijas en conjunción con algunos grados de la carta astral de nuestro ejemplo, que ya hemos identificado y anotado.

Fuente:
NAVARRO CAPELLA, Francesc (1998): Colección Aprender y Conocer la Astrología, Madrid, Salvat.

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