La astrología árabe – Las Partes


No es una sola, sino varias, pero son siete las Partes que comúnmente se establecen en el zodíaco de la carta astral. Cada una de ellas figura con sus significados específicos y una importancia nada desdeñable.

La Parte de la Fortuna, es una de las más usadas y conocidas en Astrología, se trata de un punto ficticio, es decir, un punto imaginario obtenido a través de los cálculos establecidos según otros puntos del zodíaco, ya existentes, puesto que se trata de los del Sol y los de la Luna.
En realidad, la Parte de la Fortuna, al igual que los Nodos lunares y la Luna Negra, es un punto ficticio relativo a la Luna.
En efecto, la situación exacta de la Parte de la Fortuna se calcula tomando como referencia la posición de la Luna en la carta astral.
 
LAS 7 PARTES SEGÚN LA ASTROLOGÍA ÁRABE
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Así pues, una vez más según una antigua tradición, cada uno de los astros- dioses venerados en Babilonia por los sacerdotes caldeos, que deben ser tomados como origen de lo que hoy llamamos astrología árabe -simplemente porque fueron los árabes quienes, durante el I milenio de nuestra era, supieron preservar, aprovechar y transmitir esta tradición astrológica-, tiene su Parte.

La Parte de la Luna o Parte de la Fortuna
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La Parte de la Fortuna deriva de la posición inicial de la Luna.
Se trata, pues, de la Parte de la Luna, que revela una zona, no de la suerte, como se entiende normalmente, sino de resplandor interior inherente a cada ser, que le protege y le favorece. Esté donde esté, el ser en cuestión disfruta de un apoyo providencial, al tiempo que se encuentra en analogía con las cualidades, atribuidas a la Luna, de dulzura, ternura, receptividad, inspiración, imaginación, etc. Si a menudo hemos relacionado esta Parte con la suerte, es porque damos a la palabra «fortuna» una connotación de riqueza, beneficios materiales y ventajas obtenidas providencialmente. En realidad, al igual que las influencias tan cambiantes de la Luna, las de la Fortuna son caprichosas.
Razón por la cual hemos identificado algunos puntos en común entre los elementos revelados por la Parte de la Fortuna en el zodíaco y los significados del segundo arcano mayor del tarot adivinatorio, la Rueda de la Fortuna.
Debemos añadir que la Parte de la Fortuna también está relacionada con el alma y el cuerpo o, más exactamente, con los 5 sentidos, e incluso el sexto, que sólo puede ser la quintaesencia de los 5 restantes.

La Parte del Sol o Parte del Porvenir
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La Parte del Sol se calcula partiendo de la posición del Sol en la carta astral. Se trata pues de la Parte que, según la tradición astrológica, indica todo lo que tiene que ver con las aspiraciones del ser, su voluntad profunda, sus intenciones y su pensamiento.
De modo que los significados de la Parte de la Fortuna ponen de relieve ciertos factores inconscientes, de los cuales no somos dueños y que están en relación con el destino o la Fortuna, en el sentido etimológico de esta palabra; y los de la Parte del Porvenir resultan de nuestros pensamientos, origen de todos nuestros actos y, consecuentemente, de nuestra voluntad profunda y auténtica. Así pues, vemos que, en la mentalidad de nuestros antepasados, la Parte de la Fortuna o Parte del Destino se distinguía claramente de la Parte del Porvenir. En este caso, el futuro se asociaba a la voluntad, a los pensamientos, a las aspiraciones y a los actos del individuo en cuestión. Este matiz tiene su importancia, puesto que confirma lo que, por otro lado, hemos observado.

La Parte de Saturno o Parte del Deber
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Esta Parte se establece basándose en la posición inicial de Saturno en la carta astral. Es, pues, la Parte de Saturno, llamada del Deber, en el sentido de que recalca tanto las obligaciones que tenemos hacia nosotros mismos, como las que tenemos con la vida y con los demás. Informa de las capacidades de un ser para obtener beneficio de sus experiencias personales, de sus adversidades, así como de su perseverancia, coraje y tenacidad.

La Parte de Marte o Parte de la Audacia
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Podemos comprender fácilmente por qué esta Parte, cuya posición se calcula en función del grado donde se sitúa Marte en el zodíaco de la carta astral, ha sido llamada Parte de la Audacia. En efecto, reúne en estado puro, sin alteración posible -cualidad que constituye una de las características fundamentales común a cada una de estas 7 Partes-, las propiedades inherentes a Marte: acción, iniciativa, empresa, proyección, pulsión, fuerza luchadora, bravura, temeridad y resolución.
Estamos en este caso en presencia de la Parte del Amor puro, tanto de orden espiritual como emocional y sensual, que encierra un ser en lo más profundo de sí mismo, y de los más bellos y nobles sentimientos de los que es capaz.

La Parte de Mercurio o Parte de la Inteligencia
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Esta Parte se establece a partir de la posición de Mercurio. Es, pues, naturalmente la de la inteligencia. Pero hay que entenderla en este caso como la Parte de la Inteligencia de la vida, es decir, los dones, las cualidades, las facultades que posee un ser de manera innata y que le permiten vivir inteligentemente con los demás.

La Parte de Júpiter o Parte de la Felicidad
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Esta Parte se calcula a raíz de la situación exacta de Júpiter en la carta astral. Se trata, pues, de la Parte de Júpiter o Parte de la Felicidad, término que evidentemente entra en analogía con las cualidades de expansión y alegría de vivir de este astro. Está en relación con la fe, la confianza en uno mismo, la buena voluntad activa, la generosidad de la que un ser es capaz. Se halle donde se halle en el zodíaco de la carta astral, podemos hablar de pura suerte, respecto al individuo en cuestión. Un tránsito de Júpiter, que se produce regularmente cada 12 años, en conjunción con esta Parte siempre aporta un beneficio.

La Parte de Venus o parte del Amor
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También es fácil de entender la razón por la cual esta Parte lleva un nombre tan bello, sabiendo que nos referimos a la posición de Venus en la carta astral para encontrar su situación.
En ella residen sus capacidades para comprender, relativizar, abstraerse, aprehender, pero también para obrar con astucia y comerciar, descubrir, conocer y transmitir.

Fuente:
NAVARRO CAPELLA, Francesc (1998): Colección Aprender y Conocer la Astrología, Madrid, Salvat.

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