La Sacerdotisa



La numerología de este arcano se corresponde con el número 2: el equilibrio, como los dos platillos de una balanza. Un equilibrio dinámico, inestable: tanto puede dividirse y volver a ser 1 y 1, como dar fruto, el 3. Una mujer sentada en un trono entre dos columnas y con un alegre velo atrás nos contempla serenamente. Tiene a sus pies una luna en cuarto creciente (que favorece el crecimiento, entre otras buenas cosas.) Las columnas son las de la entrada del templo de Salomón, llamadas Boaz y Jaquim. Este templo, cumbre de lo esotérico, fue diseñado y construido (según la Biblia) por un misterioso pagano, Hiram. En algunas representaciones de varios mazos de tarot, la sacerdotisa ostenta tres símbolos de las religiones basadas en la Biblia: una cruz, un rollo de la Torá judía y la media luna islámica, y en su cabeza la corona de Isis. Posiblemente Colman y Waite con esta corona pretendían representar la religión egipcia como inspiradora de lo esencial de la Biblia, como se ha sugerido muchas veces. El dios egipcio Toth recibió la orden de ayudar a los humanos en su camino a la superación espiritual y concibió como herramienta 22 láminas de oro en las que repujó estos 22 Arcanos del Tarot. Toth fue adorado como Hermes por los griegos y como Mercurio por los romanos. A. Waite advierte que el libro (la Tora) que sujeta la sacerdotisa, está en parte cubierto con su manto, significando de que no todo puede ser expuesto.
Serenidad, y por extensión reflexión, silencio, reserva, paciencia, prudencia (a veces conviene no forzar las cosas, esperar –sentados y reflexionando, como ella atentos a la natural maduración, evolución, de las circunstancias). Y, a veces es preciso, hasta resignación. Actitud generalmente pasiva… sabiendo que conseguirá muchas cosas sin luchar…
actúa como el gota a gota, casi imperceptible.
Sabiduría, equilibrio, serenidad, reflexión, intuición, discreción, silencio, resignación, esperanza, paciencia, prudencia, sentimientos religiosos, Yin Yang (con claro predominio yin, ojo) introspección, solución serena de problemas. Sobriedad, no se preocupa por muchos lujos. Firmeza en sus propósitos, lealtad. Coherente con su discreción, no alardea de todo esto, y sí deja ver claramente su alegría del vivir: sin gran pasión, pero sí con alegría.

Comentarios