Los tipos lunares y planetarios

 
A partir de los 4 elementos que constituyen la base del zodíaco, el Fuego, la Tierra, el Aire y el Agua, definirnos 8 tipos lunares elementales, de donde derivan los tipos planetarios.
Creemos que la astrología no le debe nada a la psicología. Sin duda alguna, la psicología es un enfoque original del estudio de los reflejos y mecanismos de comportamiento del individuo. Sin embargo, al margen de resultar hoy una práctica científica bastante representativa de las corrientes intelectuales y de las preocupaciones filosóficas, sociales, materialistas de finales del siglo XIX, y sobre todo de la primera mitad del siglo XX, esta disciplina queda limitada a las observaciones clínicas y ha sido víctima de dos grandes corrientes de pensamiento contemporáneas: la especialización y el culto a los esquemas.
De ahí que, aunque las bases sean infinitamente más abiertas y generosas que su utilización, las prácticas de la psicología moderna son a menudo demasiado parciales y aproximativas, pues desmontan los mecanismos sin saber cómo volver a montarlos y no ven al ser como un todo indisociable, otorgando un lugar principal al entorno, al contexto y a las circunstancias exteriores y minimizando, incluso excluyendo, toda responsabilidad del individuo por encontrarse allí donde vive y ser tal como es.
Sin rechazar el punto de vista con que la psicología moderna enfoca el estudio de la personalidad, el astrólogo no debe caer jamás en la tentación de dar una interpretación psicológica de una carta astral. Ello reduciría su campo de investigación y excluiría los fundamentos naturales y espirituales sobre los que se apoya el zodíaco, el cual, no lo olvidemos, es una representación del hombre y el universo-considerados semejantes y parecidos- o, si se prefiere, del microcosmos y el macrocosmos.
Ahora bien, respecto a los fundamentos naturales, uno de ellos está formado evidentemente por los 4 elementos que están en relación con las cuatro fases lunares, y a partir de las cuales se han revelado cuatro temperamentos que, combinándose, dan lugar a 8 tipos planetarios.
Para comprender los principios de la psicología, la morfología, la tipología y el estudio del metabolismo, que se integran en el universo del zodíaco, he aquí cómo son los tipos lunares y planetarios.

4 ELEMENTOS. 4 LUNAS. 4 TEMPERAMENTOS.
No volveremos a hablar sobre los fundamentos naturales y simbólicos de los 4 elementos, acerca de los cuales se encuentra abundante bibliografía. Recordemos simplemente que estos 4 elementos (el Fuego, la Tierra, el Agua y el Aire) aparecen en ese orden cuando se sigue la jerarquía de los signos en el zodíaco: Aries: Fuego; Tauro: Tierra; Géminis: Aire; Cáncer: Agua, etc. Además, cada estación está relacionada con un elemento que la domina: primavera: Aire; verano: Fuego; otoño: Tierra; invierno: Agua. Y siempre son 4 las fases lunares principales: Luna nueva, Cuarto creciente, Luna llena, Cuarto menguante. Por último, recordemos que el día se divide en 4 partes: mañana, mediodía, tarde y noche. Para ser más completos, añadiremos que los puntos cardinales (Norte, Sur, Este y Oeste) son evidentemente 4 y que están en correlación con los elementos, las estaciones, las fases lunares y solares.
De esta manera disponemos de un sistema coherente a partir del cual se organizaron las analogías entre los temperamentos, los comportamientos, las bases de la personalidad de los seres y los elementos, las estaciones, la Luna, el Sol, los astros, los signos, el zodíaco. Hemos definido, pues, 4 temperamentos a partir de los 4 elementos.
 
tipo sanguineoEL TEMPERAMENTO SANGUÍNEO
Se asocia al Aire, que es el elemento dominante de la primavera.
De este modo, también está relacionado con dicha estación. Recibe ese nombre porque la mayoría de las veces se caracteriza por una potente circulación sanguínea, que incluye las funciones respiratorias importantes, lo cual explica que se halle en correlación con la primavera, cuyo elemento predominante es el Aire. En el temperamento sanguíneo, prevalecen Venus y Júpiter, es decir, Venus de Tauro y de Libra, y Júpiter de Sagitario. Hablamos también del tipo sanguíneo venusiano o jupiterino.
 
 
tipo coléricoEL TEMPERAMENTO COLÉRICO
Está asociado al Fuego, que es el elemento dominante en verano, estación con la que tiene ciertas afinidades. Morfológicamente, posee un esqueleto corpulento y una fuerte musculatura. Evidentemente, según el individuo, prevalecerá más uno u otra, pero en todo caso será una de las principales características que destaquen en él, así como por otro lado también destacan su cráneo y su frente. En este tipo se expresan espontáneamente la fuerza, la voluntad, la agresividad, la necesidad de afirmarse, de imponerse, de conquistar, de dominar. Peca a menudo de impaciencia o ansiedad y tiene una naturaleza colérica, lo que hace que las secreciones biliares de su hígado sean muy fuertes. De ahí que sea conocido también en algunas partes con el nombre de «bilioso». Los tipos marciano y solar, refiriéndonos a Marte de Aries y al Sol de Leo, son los coléricos que más abundan.
 
tipo melancólicoEL TEMPERAMENTO MELANCÓLICO
Se asocia a la Tierra, es decir, el elemento dominante en otoño, estación con la que presenta numerosos puntos en común. Este tipo se nos muestra a menudo bajo el aspecto de un ser delgado o flacucho, dando una apariencia de fragilidad. Su cara alargada es a menudo desproporcionada respecto a su cuerpo, destacando el predominio de su cerebro. En efecto, dominan en él el sistema nervioso y las facultades psíquicas y mentales. Su comportamiento es a menudo nervioso, agitado o inestable; por lo que en algunas partes también recibe el nombre de «nervioso». Distinguimos el tipo melancólico mercuriano y el melancólico saturnino; el primero es más fantasioso y menos retraído que el segundo. Se trata del Mercurio de Géminis y de Virgo, y del Saturno de Capricornio y también de Acuario.
 
tipo flemáticoEL TEMPERAMENTO FLEMÁTICO
Está asociado al Agua, elemento dominante en invierno, la estación con la que se encuentra en correspondencia. Morfológicamente, se distingue por las formas redondeadas y generosas de su cara y su cuerpo. Su nombre deriva de la palabra «flema» (fleuma en el siglo XIII), que era uno de los cuatro humores en los que se agrupaban antiguamente los del cuerpo humano. En algunas partes también recibe el nombre de «linfático». A menudo da la impresión de un ser tranquilo, impasible, ingenuo, que aspira a la paz y la tranquilidad. Se da un tipo flemático más bien lunar, redondo del todo, en relación con la Luna de Cáncer, y otro jupiterino, más típico, de cara más bien ovoide, en correspondencia con el Júpiter de los Piscis.
 
TIPOS PLANETARIOS
► 1er tipo planetario venusiano, flemático y sanguíneo a la vez, corresponde a la Luna propagadora; la parte alta del rostro es redondeada, la parte más baja puntiaguda, pero con el mentón redondo.
► 2º tipo planetario: jupiterino, sanguíneo, corresponde al cuarto menguante de la Luna; el rostro más bien rectangular, con rasgos generosos y simpáticos, con las mejillas ligeramente prominentes.
► 3er tipo planetario: marciano, sanguíneo y colérico a la vez, corresponde a la Luna menguante; el rostro más bien cuadrado con una barbilla puntiaguda y pómulos salientes.
► 4º tipo planetario: solar, colérico, corresponde a la Luna nueva; el rostro alargado, la frente alta, despejada, la mirada profunda y brillante.
► 5º tipo planetario: mercuriano, colérico y melancólico, corresponde a la Luna creciente; el rostro es ligeramente anguloso y alargado, con pequeños ojos y unas cejas que dejan ver ironía.
► 6º tipo planetario: saturnino, melancólico, corresponde al cuarto creciente de la Luna; el rostro es muy alargado y con forma angulosa, la frente muy alta, atormentado, la mirada llena de cierta tristeza o seriedad.
► 7º tipo: marciano, nervioso y flemático, corresponde a la Luna gibosa; el rostro es más bien cuadrado, pero abotagado, con cejas acentuadas, una nariz prominente y una barbilla puntiaguda.
► 8º tipo planetario: lunar, flemático, corresponde a la Luna llena; la cara, los ojos, la nariz y la boca son redondos.

Fuente:
NAVARRO CAPELLA, Francesc (1998): Colección Aprender y Conocer la Astrología, Madrid, Salvat.

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