La entrada del Sol en Aries

El Carnero, reaviva su pasión cada primavera.

Equinoccio de Primavera para el hemisferio Norte.

Equinoccio vernal 0° Aries.

Cuando Sol se mueve al signo de Aries da paso al equinoccio de primavera, marca tanto el primer día de primavera en el hemisferio norte y el año nuevo astrológico. La luz y la oscuridad son iguales este día y desde ese momento los días serán más largos.

El equinoccio de primavera es tradicionalmente un momento para celebrar la fertilidad y la naturaleza y la renovación de la fuerza vital que estuvo latente durante el invierno.

Los primeros egipcios reconocieron el paso del sol en Aries como un punto de inflexión sagrado del año y construyeron la gran esfinge para que apunte directamente hacia el Sol naciente en el día del equinoccio de primavera. Para nuestros antepasados, el nacimiento de la primavera significó que el hecho de que frío del invierno fuera menguando, y que los exiguos suministros de alimentos podrían ser repuestos pronto una vez más, sin duda, por ello era un motivo de celebración. Por lo que hacían durante días, para festejar el equinoccio primaveral era encender hogueras para ayudar a reavivar la luz y el calor.

La fiebre de primavera atacará pues durante la temporada en que permanezca el Sol de Aries, habrá una tendencia a incitar la necesidad de conectarse y crear nuevos romances. El amor estará en el aire, como cuando los antiguos celtas y pueblos mediterráneos celebraban el equinoccio de primavera como un matrimonio sagrado entre el Dios Solar y la Gran Diosa (la Tierra, la Naturaleza). Por lo tanto, es un tiempo maravilloso del año para comenzar o revivir una relación romántica, o para iniciar nuevos emprendimientos de todo tipo.

Equinoccio significa "noche igual". En el equinoccio de primavera, día y noche tienen la misma longitud, con luz ascendente. Por lo tanto el tema del renacimiento o resurrección, que se repite en la tradición cristiana de la Pascua, (Pésaj en hebreo פֶּסַח) literalmente se traduce como salto o paso, y es la festividad judía que conmemora la salida del pueblo hebreo de Egipto, relatada en el libro bíblico del Éxodo. El pueblo hebreo ve en el relato de la salida de Egipto como el hito que marca el nacimiento del pueblo hebreo como tal; Los primeros cristianos ―que eran judíos― celebraban la Pascua de Resurrección a la par cronológica que la Pascua judía, hasta que el Primer Concilio de Nicea (en el 325 d. C.) se separó la celebración de la Pascua judía de la cristiana, eliminando los elementos hebreos. Pero dejaron el carácter móvil de la fiesta recordando que Cristo resucitó durante la Pascua hebrea. Actualmente la Iglesia católica mantiene el carácter móvil de la fecha de Pascua. Es significativo que esta festividad fuese celebrada poco después de que el Sol entrase en Aries.

Los símbolos de conejitos de Pascua y los huevos tienen sus raíces en las tradiciones paganas que honraban la fertilidad de la naturaleza. Irónicamente, el nombre "Pascua" fue tomado de una diosa lunar Teutónica, Eostre, cuya fiesta se llevaba a cabo durante la Luna llena más cercana al equinoccio de primavera. Puesto que la Iglesia no celebra las lunas llenas, señalaron la Pascua para celebrar el domingo tras la primera Luna llena después del equinoccio, y vemos como coinciden la movilidad cíclica de esta festividad con los de los astros.

El verdadero año nuevo es, pues, cada ciclo solar que se da aproximadamente el 20-21 de marzo, cuando se produce el equinoccio de primavera y comienza también el año nuevo astrológico, momento en que el Sol entra en el ardiente Aries para desterrar la frialdad del invierno. 
Aries es el signo del Carnero y también el primer signo del zodiaco, asociado a la energía de la juventud. Quitamos los grilletes del invierno, rompemos las cadenas que impiden nuestro crecimiento y nos preparamos para perseguir algunas emocionantes nuevas metas.