Capricornio y el mito de Amaltea


En la mitología, Capricornio es asociado a menudo con la figura mitológica de la cabra Amaltea, que crió a Zeus en la isla de Creta para esconderlo de Cronos, su padre, quien devoraba a sus hijos. El mito de la cabra Amaltea es una leyenda heredada de la mitología griega y, posteriormente adaptada por los romanos, que dicen que Amaltea es la cabra que alimentó con su leche a Júpiter, el dios Zeus en la mitología griega, como un niño y que jugando con ella, el pequeño dios había roto uno de sus cuernos produciéndole un inmenso dolor a su cuidadora. En agradecimiento al cuidado desinteresado que tuvo con él, Júpiter al hacerse mayor y acordarse del accidente, concedió al cuerno arrancado el don de la abundancia; a partir de entonces el cuerno está siempre lleno de los alimentos y bienes. Este cuerno es llamado «cornucopia» o «cuerno de la abundancia». Cuando Amaltea murió fue llevada a los cielos y convertida en la constelación de Capricornio.
Amaltea era una ninfa que poseía una cabra o que ella misma tenía cuerpo de cabra o se convertía en cabra. Vivía en el monte Dicte o en el monte Ida, en la isla de Creta, y bien ella, bien su cabra, amamantaron a Zeus en una cueva después de que su madre, Rea, le hubiese encargado el cuidado de la criatura. De acuerdo con algunas versiones del mito, Zeus fue alimentado con el contenido de un cuerno de cabra roto lleno de néctar y ambrosía, la bebida y la comida de los dioses.

El mito de Amaltea.
Amaltea es la cabra que amamantó a Zeus, y que en otros mitos se la llama Aix. La mitología en sus diversas versiones la describe también como una ninfa, y ésta es la versión más corriente. Amaltea, la ninfa que fue nodriza de Zeus; a veces se la representa como la cabra que amamantó al dios infante en una cueva de Creta, y otras veces como una náyade hija de Hemonio (uno de los Curetes), quien lo crió con la leche de una cabra en el monte Ida.
Cuenta el mito que la diosa Rea, esposa de Crono, quiso preservar a su hijo Zeus de la voracidad de su esposo que devoraba a sus hijos conforme nacían, por lo que lo escondió en el monte Ida, en la isla de Creta, donde lo recogió esta ninfa alimentándolo de miel de abeja y leche de cabra. Se cuenta que Amaltea había colgado al niño de un árbol para que su padre no pudiese encontrarlo "ni en el cielo, ni en la tierra, ni en el mar", y que había reunido a su alrededor a los Curetes, cuyos cantos y danzas bulliciosas ahogaban sus gritos. La cabra que suministraba la leche se llamaba Aix, un ser terrorífico. Un día la cabra se rompió uno de sus cuernos, que Amaltea llenó con flores y frutas antes de llevárselo a Zeus, quien lo subió entre las estrellas junto con la cabra, convirtiéndose ésta en el primer unicornio, en el cielo la cabra fue la constelación Capricornio o simplemente la estrella Capella; el cuerno fue desde entonces llamado cornucopia. De acuerdo con otra historia, fue el mismo Zeus quien rompió accidentalmente el cuerno con uno de sus rayos o tirando con fuerza de él, y que posteriormente se lo dio a Amaltea, prometiéndole que le proporcionaría en abundancia todo lo que deseara. Amaltea se lo cambió a Aqueloo (su hermano) por su propio cuerno, que se había roto en la disputa con Heracles por la posesión de Deyanira. Según la mitología clásica, los dueños del cuerno fueron muchos y variados. En general, se le consideraba símbolo de riquezas inacabables y abundancia, y se convirtió en atributo de varias divinidades.
Cuando Zeus, ya adulto, luchó contra los Titanes, se fabricó una égida o armadura con la piel de la cabra mítica Amaltea, que se convertiría en la Égida, el escudo de Zeus forjado por Hefestos, dios del fuego. Primero Zeus donó este escudo a Apolo, y luego a su hija Atenea, diosa de la guerra. El mito narra también que el capricornio se creó a partir de la guerra de los dioses, cuando Pan escapó al río Nilo, y la mitad de su cuerpo sumergido se volvió el de un pez; al terminar la guerra, Zeus lo regresó a su forma normal y dejó en las estrellas un recuerdo de esa criatura.
La cabra Amaltea o Aix era la madre del dios Pan, hijo de Cronos. Pan tenía apariencia humana pero cuernos y patas de cabra, además de cola de caballo, conocido como sátiro, su crianza estuvo a cargo de las ninfas, luego de ser abandonado por su madre. Se dedicaba a cuidar ovejas y cabras, además de desarrollar un gran talento para la música. La potencia sexual que lo caracterizaba lo hacía perseguir mujeres y hombres en búsqueda de satisfacer sus necesidades. La naturaleza de este personaje era demasiado libidinosa, y esto le provocaba estar detrás de cada ninfa, persiguiéndola, mientras ellas huían cuando él aparecía. Una de las ninfas, Syrinx, ante una de las persecuciones de este sátiro, fue atrapada y le pidió que la transformara en un junco. Pan accedió a su petición y con el junco creo su más famosa flauta. Este poder para convertir cosas, no siempre fue tan efectivo, pues en una ocasión cuando huía del gran monstruo Typhon, intentó transformarse a sí mismo en un pez para poder escapar, pero su intento fue fallido. De todas formas, fue parte del apoyo que recibió Zeus para luchar contra Typhon, y por tanto, como muestra de agradecimiento se le concedió un lugar en el firmamento, pasando a formar una constelación.


El signo de Capricornio.
Las personas nacidas bajo el signo de Capricornio, en general son cuidadosas, prudentes, concienzudas y ambiciosas, pero procuran ser justas con los demás, y su sentido de justicia suele ser más pronunciado que su piedad. Intentan ser precisas y constantes, poniendo un esfuerzo persistente en todas las cosas; industriosas y tenaces; a veces, celosas, diligentes y en posesión de una paciente serenidad y voluntad para resistir, con una profunda actitud reflexiva. En algunos casos, podemos encontrar personas frías, que se retraen sobre sí mismas, sin exteriorizar sus sentimientos, buscando asegurarse su propio dominio. Pueden ser lentas, perseverantes, dedicadas a la meditación, al pesimismo, la soledad o la melancolía. En otras ocasiones, nos encontramos seres rudos, con dominio de sus sentimientos y firmeza de carácter dado su sólido equilibrio, portadores de un gran aplomo, sangre fría, robustez, disciplina y obstinación. El carácter de las personas nacidas bajo este signo varía desde lo frío, limitado y desierto hasta la serena, refrescante y contemplativa meditación de las cosas divinas; su planeta regente es Saturno. Generalmente, el principio de su existencia es difícil, debiendo superar etapas de inhibición, lo que hace que se revele tardíamente, pero se recupera a través de su disciplina, seriedad y su encarnizado trabajo; especialistas en vencer obstáculos, suben lenta pero de forma segura hasta los puestos de mando y responsabilidad, donde se hacen indispensables. Los grandes momentos de su vida llegan a menudo a una edad avanzada, pertenecen a los grandes viejos. La cualidad interior o destino de este signo es el SERVICIO y ante el interrogante de expresar su esencia Capricornio, Cauteloso dice: YO UTILIZO.

Bibliografía
• ANDREU, Teresa (2003): Astrología y Mitología. Los mitos que vivimos, Barcelona, RBA.
• GEOFFREY, Cornelius (2005): Manual del cielo y sus mitos: Guía práctica para observar 88 constelaciones, sus mitos y sus simbolismos, Barcelona, Blume.
• GRAVES, Robert (2001): Los mitos griegos, 2 volúmenes, Madrid, Alianza.
• PASCUAL FERNÁNDEZ, Arturo Marcelo y GÓMEZ CORDERO, Teodoro (2008): Dioses y mitos de todos los tiempos, Barcelona, Océano-Ámbar.
• TRUJILLO, Luis (2004): Los signos del Zodiaco. México, LIBSA/Diana.
Ilustraciones - Arte digital: Kagaya Yutaka, 1996.

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