Géminis y el mito de Cástor y Pólux, los Dioscuros.

El mito de Cástor y Pólux, los dioscuros
Fueron hermanos gemelos, nacidos de dos huevos que puso su madre Leda, pero de distinto padre: Tindáreo, rey de Esparta, de quien engendró a Cástor y Clitemnestra, y con Zeus, con quien procreó a Pólux y Helena.
A los Dioscuros se les representa frecuentemente como a dos bellos jóvenes desnudos que lucen un yelmo en forma de cáscara de huevo y con una estrella adornándola. Plutarco dice de ellos que eran “los caballeros luminosos que no navegan con los hombres, no comparten sus peligros, pero aparecen en el cielo y son sus salvadores”. Los Dioscuros tenían el cometido de ser patrones de los marineros; con esa advocación se les dedicó un templo en el puerto de Naucratis, Egipto. Su leyenda se perpetuó después de su muerte, acrecentándose.
Su importancia y la creencia en su salvaguardia llegó a ser tan importante que en Esparta el culto a los Dioscuros se popularizó, adoptándose incluso en el oráculo de Delfos, y pasando de ahí a la legendaria Roma. Allí se les consagró un templo en el Foro, y era desde sus escalinatas desde donde los senadores se dirigían al pueblo.
Cástor y Pólux, los dioscuros
En la mitología griega los Dioscuros (en griego antiguo Διόσκουροι Dióskouroi) o «hijos de Zeus» eran dos famosos héroes mellizos también conocidos como «los gemelos celestiales», sus nombres eran Cástor y Pólux (o Polideuces), hijos de Zeus y Leda y, por tanto, hermanos de Clitemnestra y Helena de Troya. Zeus amaba a Leda y, a pesar de su matrimonio con Tindáreo, rey de Esparta, se transformó en un cisne y copuló con ella el mismo día que lo hizo su esposo. Según la leyenda, Leda puso dos huevos: de uno de ellos habría salido Helena y Pólux, hijos de Zeus; del otro huevo habría salido Cástor y Clitemnestra, que eran descendientes de Tindáreo.
Los gemelos Cástor y Pólux crecieron en Esparta, una vez que su padre había recuperado el trono con la ayuda de Heracles. Tenían un trato excepcional entre ellos, y siempre estaban juntos en las diferentes historias que les atribuyen. Cuando Teseo raptó a Helena, los gemelos aprovecharon el momento en que Teseo bajó al Hades en busca de Perséfone para rescatar a su hermana y se llevaron también a la madre de Teseo, que era la encargada de cuidar a Helena, para colocar en el trono a Menesteo. También participaron en otras hazañas como en la cacería del jabalí de Calidón, en la expedición de los argonautas y en la lucha de Mesesteo y el hijo de Teseo por el trono de Atenas.
Después de estas aventuras asistieron a las bodas de sus primos Linceo e Idas con Febe e Hilaíra. En mitad de la celebración, los dioscuros raptaron a las jóvenes y en la lucha, en que derivó esta situación, murieron Cástor y Linceo. Pólux, el gemelo inmortal, no podía soportar la muerte de su hermano y rogó a Zeus para que le diera muerte. Negó la inmortalidad que tenía, pues quería estar al lado de Cástor y, por ello, pidió a su padre Zeus la indulgencia de que Cástor pasara un día en el Olimpo, para luego él visitarlo en el Hades. Zeus determinó que cada uno compartiera el destino del otro. Así pasaban la mitad del año en la tierra y la otra mitad en la región de los inmortales.
Los dioscuros fueron divinizados y se identificaron con la constelación de Géminis. La constelación Géminis representa a estos gemelos, y sus estrellas más brillantes (α y β Geminorum) se llaman Cástor y Pólux en su honor.
El signo de Géminis
Las personas nacidas bajo el signo de Géminis se distinguen por su dualidad, con tendencia a expresar dos condiciones y a dejarse influir con mucha facilidad en un sentido o en otro. Tienen gran capacidad para captar con claridad y lógica los conceptos. Pueden tener la virtud de ser versátiles, de acoplarse con rapidez al ambiente y, casi siempre, están mentalmente activas, gustándoles la variedad de pensamientos. Parecen hallar un placer especial en dejar sus tareas sin acabar, empiezan una cosa, la terminan en parte y pasan a otra que, seguramente, quedará inacabada.
Pueden ser generosas, pero también misántropos; pueden afrontar obstáculos con valor y firmeza, pero también ser muy tímidas y nerviosas. Al mismo tiempo pueden ser conservadoras y progresistas y, al ser generalmente muy dualistas, es difícil que los demás les comprendan. En colaboración con personas que les entiendan, son capaces de grandes realizaciones. Ante sus amistades, pueden parecer inconstantes e indecisos, dada su necesidad de una vida de cambios, prosperan en la diversidad y con su forma especial de trabajo que, para ellas, es la normal. Su principal ambición puede ser la de cultivar su mente y mejorar sus condiciones. Adolecen de falta de concentración y tendencia a emprender demasiadas empresas o proyectos al mismo tiempo. Cuando logran vencer esta inclinación, obtienen el máximo de sus grandes facultades intelectuales. También pueden caer en la indecisión y las vacilaciones, con dificultad para decidir lo que debe hacerse. Son extremadamente móviles, ágiles, flexibles y ligeras; tocan de todo un poco, están en todas partes y en ninguna; pícaras y maliciosas y, en consecuencia, inestables, prisioneras de su división interna y de los problemas que esto les depara.
Regido por el planeta Mercurio, Géminis gobierna los pulmones, los hombros, los brazos y las manos. Deben intentar especialmente no excitarse demasiado y mantenerse libres de ansiedad y preocupación. Necesitan cuidarse de mantener una alimentación correcta y siempre deben dormir mucho.
La cualidad interior o destino de este signo es la MOTIVACIÓN y ante el interrogante de expresar su esencia Géminis Disperso dice: YO PIENSO.
Bibliografía:
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PASCUAL FERNÁNDEZ, Arturo Marcelo y GÓMEZ CORDERO, Teodoro (2008): Dioses y mitos de todos los tiempos, Barcelona, Océano-Ámbar.
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Ilustraciones - Arte digital: The Zodiac, Kagaya Yutaka, 1996.

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