Mito, arquetipo e interpretación de Piscis

Piscis


Como signo de agua mutable, Piscis une toda experiencia previa zodiacal para abarcar toda la vida y completar el círculo. Su visión trascendente marca el final del zodiaco y el comienzo del próximo giro de la rueda.
La primera representación de la constelación de Piscis estaba en la tapa de un sarcófago egipcio que data de 2300 a. C. aproximadamente. También se cree que el conocimiento de los signos del zodiaco y las predicciones astrológicas comenzaron en algún momento durante la Edad del Bronce en Mesopotamia. No obstante, con el descubrimiento en India de petroglifos que datan de alrededor de 3000 años, podría existir otra evidencia de representación de los peces más antigua. Se trata de imágenes talladas en rocas en la región de Konkan en el oeste de Maharashtra, India. Una de esas imágenes parece representar a un par de peces mirando en direcciones opuestas, conectados por algún tipo de pretina. ¿Podría ser que el glifo moderno de Piscis derive directamente de ese petroglifo antiguo?
Estos grabados prehistóricos, documentados en la costa de Konkan, no representan actividades agrícolas, probablemente fueron creados por una comunidad de cazadores-recolectores a finales del Pleistoceno. Esos petroglifos no fueron grabados de forma repentina, sino durante 700 u 800 años, y los arqueólogos sostienen provisionalmente, que fueron tallados entre el 10 000 y el 3 000 a. C.
El símbolo astrológico de Piscis consiste en un par de peces que nadan en direcciones opuestas, con una cuerda o banda que los conecta para que permanezcan juntos. Este símbolo se ha utilizado durante milenios para representar la constelación de Piscis.

Mitos de Piscis


El mito de Afrodita, Eros y los peces
Cuenta el mito que cuando los dioses griegos fueron amenazados por el monstruo Tifón, padre de todos los monstruos, había sido enviado por la diosa Gea para atacar a los dioses olímpicos, lo que llevó al dios Pan a advertir a los demás antes de convertirse en un pez cabra y saltar al río Éufrates. Los dioses, obligados a abandonar su hogar en el monte Olimpo, huyeron de ahí en varias formas. Afrodita y su hijo Eros se transformaron en dos peces para escapar del monstruo y se adentraron en el mar en busca de un lugar seguro. Finalmente, Zeus mató a Tifón, y Afrodita y Eros regresaron a sus formas originales. Afrodita puso a los Ichthyes en el cielo en agradecimiento por su ayuda.


Según diversas versiones del mito griego, Afrodita y Eros se transmutaron en peces o fueron rescatados por peces. Piscis representa a los peces, en los que Afrodita (Venus) y su hijo Eros (Cupido) se transforman para huir del monstruo. También se decía que la constelación de Piscis representaba a los dos peces conocidos como los Ichthyes que rescataron a Afrodita y Eros de Tifón.
Un mito romano similar, es el que cuenta que los peces llevaron a Venus y a su hijo Cupido fuera de peligro, en la obra poética Astronómica de Manilius: «Venus debió su seguridad a su forma», aludiendo a la transformación en pez. Además, esta diosa también estaba asociada con el mar.
Además, un mito sirio cuenta que un huevo cayó al río Éufrates. Luego fue rodado a la orilla por los Ikhthyes. Las palomas se sentaron en el huevo y lo cuidaron hasta que se rompió el cascarón, de donde salió Afrodita. Como señal de gratitud hacia los peces, Afrodita los puso en el cielo nocturno como la constelación de Piscis, los peces.
Los Ikhthyes (o Ictiocentauros) también fueron dos grandes peces de río que rescataron a Afrodita y a Eros cuando huían del monstruo Tifón. Los Ictiocentauros eran probablemente los mismos (o reinventados) como Aphros y Bythos, dos ictiocentauros con cola de pez, representados en el arte clásico tardío, llevando a Afrodita a tierra firme después de su nacimiento.
Debido a estos mitos, la constelación de Piscis igualmente se conocía en el mundo antiguo con los siguientes nombres: "Dione", "Venus et Cupido", "Venus Syria cum Cupidine", "Venus cum Adone", y "Veneris Mater".


Arquetipo de Piscis en Astrología
Piscis es un signo femenino regido por Júpiter y Neptuno, y está equilibrado y complementado por el signo opuesto de Virgo, regido por Mercurio. Un signo profundamente femenino gobernado por dos dioses masculinos. Pero, todo se reduce a la historia habitual de dioses patriarcales que se hacen cargo de las culturas de las diosas anteriores. Esta usurpación también se refleja en el simbolismo de Piscis.
El glifo representa dos peces tumbados uno al lado del otro y unidos por el medio, lo que refleja la naturaleza dual del signo. Junto con los peces, los símbolos de Piscis incluyen delfines, ballenas y otros mamíferos marinos, y las palomas. Los símbolos no animales incluyen el vino y la vid, y el ichthys, que fueron utilizados tanto por el cristianismo como por los cultos paganos, así como por algunas culturas antiguas de la prehistoria.
El ichtus o ichthys es un símbolo que consiste en dos arcos que se intersecan de forma que parece el perfil de un pez a modo de una vesica piscis o mandorla horizontal, y que fue empleado por los primeros cristianos como un símbolo secreto. El pez también se interpreta desde la psicología arquetípica como símbolo de la verdad profunda (bajo el agua) que se oculta para ser atrapada y, a continuación, salir a la luz. Que brilla en secreto en un primer momento, y el pescador debe obtenerlo para alimentarse.
La vesica piscis significa 'vejiga de pez'. Esto es un trazado geométrico derivado de la intersección de dos círculos y representa la unión de dos mundos: el divino y el humano.
El gobernante de Piscis es Neptuno (dios romano del mar) o Poseidón en Grecia. Ninguno de estos dioses son buenas representaciones del arquetipo de Piscis, pero hay una razón obvia. Poseidón fue originalmente un dios de la fertilidad terrenal y solo más tarde se asoció con el mar. Sus otros dominios incluyeron terremotos, inundaciones, sequías y caballos. Los delfines eran su animal sagrado y fue representado con un tridente en un carro tirado por caballos terrestres. En la Antigüedad era conocido como el esposo de una diosa vinculada con la tierra.
En algunas inscripciones micénicas, Poseidón aparece con mayor frecuencia que Zeus. También aparece una variante femenina, Posedeia, lo que indica la existencia de una diosa consorte olvidada, de hecho, precursora de Anfitrite. Evidencias arqueológicas registran menciones como «las Dos Reinas y Poseidón» y «las Dos Reinas y el Rey». La identificación más obvia para las «Dos Reinas» es con Deméter y Perséfone o sus precursoras, diosas que no quedaron asociadas con Poseidón en periodos posteriores. En el Cnosos micénico Poseidón es también identificado como el ‘agitador de la tierra’, un poderoso atributo (los terremotos habían acompañado al colapso de la cultura palaciega minoica). En la cultura micénica, fuertemente dependiente del mar, no ha aflorado aún relación alguna entre Poseidón y el mar; entre los olímpicos se decidió tras echarlo a suertes que gobernaría el mar, es decir, el dios era anterior a su reino, y el mar era antigua potestad de Anfitrite, la diosa del mar. Hesíodo la describió como una nereida, pero otros dijeron que ella era la personificación del océano de agua salada. Anfitrite dio a luz a las focas y los delfines, y gobernó el mar con las Nereidas, hasta que Zeus le dio el dominio del mar a su hermano, Poseidón, y ella fue destituida y relegada a su condición de esposa de Poseidón.
Piscis se encuentra al final de un ciclo de experiencia y absorbe todos los signos anteriores en su abrazo. Representa el final del viaje del alma hacia la totalidad donde las semillas se plantan para el próximo ciclo. Esta apertura a la vida hace que Piscis sea difícil de precisar: fluye y cambia de forma, siguiendo corrientes invisibles en las aguas del inconsciente.
Los dos peces nadan en direcciones opuestas y representan las paradojas interminables de Piscis: el pez espiritual y el pez material, racional e irracional, víctima y redentor. El cordón que los une muestra que no se pueden separar porque son interdependientes. Los opuestos son dos partes de un todo, por lo que se debe honrar a ambos, dando espacio al lado femenino de la vida: sentimientos, subjetividad, cuerpo e instintos, empatía y compasión. Piscis es donde se entrecruzan lo humano y lo divino y el desafío es encontrar una manera de unir los opuestos en una síntesis que incluya y trascienda a ambos. En otras palabras: estar en el mundo, pero no ser de él, con la fuerza vital que se renueva constantemente, viviendo y muriendo en un ciclo sin fin. Pero la fuerza vital en sí misma es indestructible: es la vida eterna. La vida eterna es trascendente e inmanente. Entonces, honrar lo trascendente significa reconocer la realidad esencial que sustenta el mundo. Venimos de las aguas de la Madre y luego regresamos. Pero realmente nunca la dejamos. Siempre estamos atado a ella, como las colas de los peces.
Cuando estamos en contacto con el inconsciente, podemos producir un gran trabajo imaginativo y artístico, pero también se puede caer en la disolución y la locura. Si se niega la realidad de la Madre, ella se vuelve vengativa y estalla en delirio, escapismo, adicción y autodestrucción, todo lo que vemos desenfrenado en nuestra cultura hoy.
El lado oscuro de Piscis es la parte más oscura del inconsciente colectivo: el monstruo marino caótico que devora la vida. Este es el lado salvaje de la naturaleza que no le importa la supervivencia personal o la felicidad. Por supuesto, la madre naturaleza también nos mantiene vivos, nos nutre y nos apoya. Pero no podemos tener luz sin oscuridad. Se puede ver esta lucha entre la trascendencia y la destructividad en las historias de ciertos místicos que se atormentaron con austeridades extremas para lograr la unión con Dios. Y a imagen de Cristo mismo, sufriendo en la cruz por el bien de la humanidad.
El lado oscuro de Piscis puede ser verdaderamente demoníaco, pero su máxima expresión es la iluminación y la santidad. Sin embargo, renunciar al mundo no significa darle la espalda o escapar a un trance místico. Significa sumergirse en el mundo con las manos abiertas listas para servir con compasión.
La crucifixión de Cristo representa el sacrificio del pequeño yo o ego. Es una iniciación chamánica de disolución y desmembramiento, y el sufrimiento que esto causa puede destruirte. Pero también puede conducir a una gran compasión porque, debajo de todo, está la alegría de la vida eterna.
La cruz es el mundo de la materia y esto puede sentirse como una prisión para el alma. Pero la crucifixión abre los ojos a la verdad de la ilusión de la dualidad y la presencia de lo divino en todas las cosas.
En el budismo, uno de los ocho símbolos auspiciosos son los dos peces dorados, generalmente representados nariz a nariz, que representan fertilidad y abundancia. Los peces son un símbolo de liberación espiritual porque muestran la felicidad y la libertad del alma nadando en las aguas del Nirvana.
En Piscis, nadamos en el océano del Samsara, o de la ilusión, hasta que recordamos nuestra fuente divina. Entonces sabemos que el Samsara es el Nirvana. No hay necesidad de luchar o nadar contra la corriente. Podemos seguir el flujo de la vida eterna.
Piscis es el arquetipo de espiritualidad, fantasía, sueños y la vida de la imaginación mítica. A través de una profunda sintonía con el reino de los sentimientos, los sueños y las imágenes, Piscis trae simpatía, compasión y misticismo al mundo.
Los planetas situados en Piscis en una carta natal naturalmente empatizarán con cualquier condición de sufrimiento y podrán encontrar soluciones útiles en el dominio inconsciente de las imágenes psíquicas. Piscis es extremadamente imaginativo e impresionable, penetra en los reinos invisibles del alma y distribuye las emociones en el mundo.
Piscis está gobernado por Júpiter y Neptuno y es un signo de agua mutable. El concepto clave para Piscis es la sanación compasiva del sufrimiento, por lo que cualquier planeta situado en Piscis estará coloreado por este deseo de unidad e inspiración. Por ejemplo: Venus en Piscis se acercará a las relaciones y expresará afecto amablemente.
El glifo de Piscis simboliza la unificación del cielo y la tierra, del Yin y Yang, la unidad del universo, incluso cuando se expresa a través de diez mil cosas.
Este arquetipo nos insta a estar abiertos al flujo de la imaginación creativa y al universo visionario trascendente que parpadea a cada momento. Los piscianos son maestros de la meditación, la contemplación y la retirada a los reinos internos. Los planetas en este signo serán lavados en las aguas sagradas de la espiritualidad. A veces ese camino espiritual se traduce en sacrificio caritativo. Otras veces se expresa a través de música encantadora y expresión artística. En cualquier caso, Piscis tiene dudas sobre todas las cosas ilusorias y poéticas.
Piscis, Júpiter y Neptuno simbolizan el viaje espiritual de la vida y la capacidad de escuchar a orillas del silencio eterno. Piscis gobierna a místicos, poetas, soñadores, músicos y visionarios. El romántico Piscis inspira a buscar el alma, penetrar en las impresiones psíquicas y a distribuir los vívidos contenidos de la imaginación en el campo de la experiencia de vida en la que brilla en la carta natal.
La casa con Piscis en la cúspide es donde la persona necesita soñar, buscar la unidad espiritual y expresar compasión. Lo mismo ocurre con las casas que contengan a Júpiter y Neptuno, los regentes clásico y moderno de Piscis. Es en esos reinos de la experiencia de la vida que puede el individuo demostrar a los demás la forma de vivir la verdad centrada en el amor divino.
Piscis gobierna los pies, las glándulas linfáticas, el humor vítreo de los ojos y el campo espiritual que rodea el cuerpo como una envoltura de conciencia pura. Es este cuerpo astral en el que se viaja mientras se duerme. Tiene un cordón plateado místico que lo conecta al cuerpo físico mientras esté vivo. Cuando se mira a los ojos de alguien, se puede ver el alma, por lo que Piscis gobierna parte interna de los ojos.
Había una razón por la cual Jesús lavó los pies de sus discípulos. En ese momento de la historia estábamos en transición hacia la Era de Piscis, un período de dos mil años. Actualmente estamos en el período de interfaz entre la Era de Piscis y la Era de Acuario. Piscis gobierna los pies y es un signo de agua (de ahí el bautismo por rito de agua), por lo que su acto fue puramente simbólico. Los primeros cristianos usaron el símbolo de Piscis como su sello definitorio.
Cada edad astrológica lleva la fuerte carga de su signo opuesto. Piscis trae a Virgo; la lección principal de esta era implica el amor universal a través del servicio a los demás, de ahí el tono de las religiones del mundo durante los últimos dos mil años.
El principio espiritual de Piscis es la Unidad, la conciencia que conoce al Eterno se refleja a través de todos, pero sigue siendo una fuente de vida. Las tradiciones espirituales de la Era de Piscis enfatizan esta unidad de Dios. Los piscianos saben intuitivamente que, si quieren ser uno con el creador, deben ser creativos. Incluso la ciencia moderna se está volviendo "religiosa" en la búsqueda de la teoría del campo unificado.
Cuando la energía de Piscis está mal dirigida, la trascendencia se convierte en escapismo a través del abuso de sustancias y la evasión de responsabilidades. El místico se convierte en mártir, el artista visionario se vuelve loco, una religión se convierte en una institución corrupta y el romance se convierte en ilusiones. Perdida en delirios de grandeza, la sombra de Piscis emerge haciéndose espacial, vulnerable, deprimida, confundida y evasiva. Aprende a superar la sombra expresando el signo opuesto de Virgo, ganando inteligencia lógica, humildad y la capacidad de diferenciar y discriminar.
Había una razón por la cual Jesús alimentó a las masas con panes y peces, Piscis y Virgo. Esta polaridad nos invita a aprender la integración donde estamos facultados para manifestar visiones y sueños. Todo comenzó en el año 575 a. C. cuando estábamos en transición entre la Era de Aries (individualidad y conquista) y la Era de Piscis (unidad espiritual e ilusiones). En ese momento estábamos viendo a todos estos grandes maestros místicos de todo el planeta demostrando compasión. Lao Tzu y Confucio en China. Sidhartha el Buda en la India. Los filósofos de Grecia. Los astrónomos de los olmecas y los mayas. Todo condujo a Jesús en Judea y finalmente a Mahoma en Arabia.
Todas estas enseñanzas y caminos espirituales se fueron estableciendo para que pudiéramos aprender acerca de la unidad espiritual. Pero, todavía tenemos que aprender la integración si queremos tener paz mundial.
La palabra clave ‹sacrificio› aparece en los lados claro y oscuro de Piscis. Los piscianos sacrificarán todo para ayudar a los demás. Son muy comprensivos y empáticos. Si se encuentran con alguien que sufre en un pozo de deseperación, su inclinación natural es tratar de ayudar a esa persona. El problema es que quedan tan atrapados en el drama de la salvación que generalmente también caen en la trampa. Pero, si ellos son los que se revuelven en el pozo, podrían intentar atraer a otros. La palabra ‹sacrificio› literalmente significa "hacer sagrado".
Esa es la esencia de la verdadera religión dirigida a la unidad con lo divino. La palabra religión viene del latín 're-ligio', que significa simplemente volver a vincular. Jesús, cuando se enfrentó a la élite religiosa de su tiempo, dijo: —"El Sabbat fue hecho para el hombre, no el hombre para el Sabbat”. Dicho de otro modo, las instituciones fueron diseñadas para sustentar a las personas, y no al revés. Sin embargo, una mirada al mundo muestra que hemos creado estas monstruosas instituciones (religiones, gobiernos, establecimientos médicos, universidades, etc.) donde los seres humanos se han convertido en combustible para sus agendas. Fueron los establecimientos científicos y religiosos de la Era del Renacimiento los que iniciaron la prohibición de la Astrología, que fue atacada y marginada después de la elevación del cristianismo como la religión de estado del imperio romano. Pero en las postrimerías de la Edad Media recuperó su reputación, y desde el Renacimiento hasta el siglo XVII d. C., era aceptada como una ciencia. Sin embargo, y a raíz de la Ilustración, perdió credibilidad entre los académicos. Desde 1900 surgió un nuevo interés en la Astrología que la ha hecho resurgir nuevamente.


Bibliografía:
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Cardona, Francesc Lluis (2018): Mitología Romana, Barcelona, Ediciones Brontes.
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Jünger, Friedrich Georg. (2006): Los mitos griegos, Barcelona, Editorial Herder.
Tarnas, Richard. (2009): Cosmos y Psique. Indicios para una nueva visión del mundo. Girona, Ediciones Atalanta.

Imágenes:
Dmtian: Zodiac: Pisces, digital art.
Takaki: Pisces, from Alchemia Tarot.
Kagaya: The Zodiac, Piscis, digital art. 2003.

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