Mito, arquetipo e interpretación de Ceres


Ceres se descubrió por primera vez en 1801 e inmediatamente se clasificó como un planeta. Poco después, se descubrieron y clasificaron varios otros cuerpos como planetas, comenzando con Palas Atenea en 1802, Juno en 1804, Vesta en 1807 y más tarde Astraea en 1845. Cuando se descubrió Neptuno en 1846, era mucho más grande que los otros cuerpos y, por lo tanto, fue clasificado como planeta y los otros objetos fueron degradados en el cinturón de asteroides junto con otros miles de asteroides más que fueron descubiertos en los próximos 200 años.
Los asteroides "principales" languidecieron allí hasta que un interés creciente por los problemas de las mujeres en los años sesenta y setenta inspiró el uso posterior de los asteroides en el análisis astrológico. Eleanor Bach fue la astróloga que publicó las primeras Efemérides de los Asteroides: Ceres, Palas, Juno, Vesta, 1900 – 2000 (primera impresión en enero de 1973).
El cinturón de asteroides se formó en la nebulosa protosolar junto con el resto del sistema solar. Los fragmentos de material contenidos en la región del cinturón habrían podido formar un planeta, pero las perturbaciones gravitacionales de Júpiter, el planeta más masivo, produjeron que estos fragmentos colisionaran entre sí a grandes velocidades y no pudieran agruparse, resultando en el residuo rocoso que se observa en la actualidad. El más grande de estos asteroides, Ceres, fue catalogado como planeta enano el 13 de septiembre de 2006. El mismo día que Plutón fue "degradado" a la misma categoría de planeta enano.
Ceres, además de un planeta enano, es el objeto astronómico más grande del cinturón de asteroides. En astrología está asociado con los signos de Tauro, Cáncer y Virgo. Ceres recorre el zodiaco cada 4 años y 7 meses, pasando por un poco más de 2½ años en cada signo.
En mitología, Deméter forma parte del grupo principal de los dioses olímpicos, los hijos de Rea y Cronos que, tras ser devorados por su padre, fueron liderados por Zeus y conducidos por éste en la guerra contra los titanes. Tras la victoria de los olímpicos, Deméter quedó consagrada a sus funciones de protectora de las cosechas y la fertilidad de los campos. Su equivalente en la mitología romana es Ceres (de la raíz protoindoeuropea ker, ‹crecer, crear›) era la diosa de la agricultura, las cosechas, la abundancia y la fecundidad.


La diosa Deméter es la divinidad protectora de la agricultura, las cosechas y la fertilidad de los campos, la responsable del nacimiento y la regeneración de las plantas. Deméter, junto a su hija Koré (o Coré), fue una de las divinidades más antiguas e importantes de toda la Hélade, recibiendo culto en muchas localidades, de las cuales la más destacada fue la de Eleusis, sede de los misterios eleusinos. Es la protagonista de uno de los más bellos mitos de la mitología griega, que se rememoraba cada año en septiembre en los cultos mistéricos de Eleusis: el mito del rapto de su hija Perséfone y de la vuelta a la vida de ésta.


Deméter perdió para siempre su alegría cuando la joven Koré, posteriormente llamada Perséfone, le fue arrebatada. Hades se enamoró de Koré y fue a pedir a Zeus permiso para casarse con ella. Zeus temía ofender a su hermano mayor con una negativa categórica, pero sabía que Deméter no le perdonaría si Koré era enviada al Tártaro. En consecuencia, contestó políticamente que no daría ni negaría su consentimiento. Esto animó a Hades a raptar a la joven mientras ésta recogía flores en una pradera, quizá en la siciliana Enna, o en Colono, lugar de Ática, o en Hermione, o en alguna parte de Creta, o cerca de Pisa, o en las cercanías de Lerna, o junto al Penco arcadio, o en la beocia Nisa, o en cualquier otra parte de las regiones muy separadas que visitó Deméter en su larga búsqueda de Koré. Pero sus propios sacerdotes dicen que fue en Eleusis. Deméter vagó sin rumbo en busca de su hija. Finalmente, después de nueve días, se encontró con Hécate, diosa de las encrucijadas. Hécate había oído gritar a Perséfone, pero al correr en su ayuda no había encontrado ni rastro de ella.
Deméter se viste de negro en señal de duelo, transformando su belleza y esplendor divino en la imagen de una madre humana angustiada. En su peregrinaje llega a la casa de la reina Metanira en Eleusis y es tomada como nodriza del hijo menor de la reina. En agradecimiento por la hospitalidad recibida, Deméter decide convertir al niño en inmortal, colocándolo en el fuego sagrado. Pero la reina asustada interrumpe el proceso y entonces la Diosa le revela su verdadera identidad, dándole indicaciones para que se construya un templo en Eleusis donde se llevarán a cabo sus misterios sagrados. Además, entrega a Triptólemo, otro hijo de la reina, un carro tirado por serpientes y le da semillas para que difunda uno de sus mayores dones: la agricultura. Este joven príncipe es quien le da información sobre el rapto de Koré, pues sus hermanos vieron cómo se abría la tierra y salía un carro tirado por corceles negros. El rostro del conductor era invisible y con el brazo derecho sujetaba fuertemente a una muchacha que gritaba. Con esa información, Deméter y Hécate van ante Helios, el dios Sol, “el que todo lo ve”, para que admita ante ellas quién es el raptor. Es así que Helios confirma la sospecha de Deméter: Hades, el hermano de Zeus es el secuestrador de Koré.
Deméter, furiosa y afligida por la pérdida de su hermosa hija, abandonó el Olimpo y se estableció en Eleusis, retiró el don de la fertilidad a la tierra, causando un invierno permanente, una gran hambruna, y juró que la tierra seguiría estéril hasta que Koré fuera devuelta. Ante esta situación, Zeus se preocupó por la suerte de los mortales, ya que no tendrían cómo alimentarse; y finalmente intervino exigiendo a Deméter que hiciera crecer nuevamente los cultivos. Ella se negó a menos que él aceptara liberar a Koré. Zeus cedió a la demanda de Deméter. Envió a Hermes con un mensaje para Hades: «Si no devuelves a Koré estamos todos perdidos», y con otro para Deméter: «Puedes tener de nuevo a tu hija, con la única condición de que todavía no haya probado la comida de los muertos.»
Como Koré se había negado a comer ni siquiera un mendrugo de pan desde su rapto, Hades se vio obligado a disimular su vejación diciendo amablemente a Koré: «Hija mía, pareces sentirte desdichada aquí y tu madre llora por ti. Por lo tanto, he decidido enviarte a tu hogar.»
No obstante, Koré había comido una granada para mitigar la sed (una prohibición primitiva recaía sobre los alimentos de color rojo, los que sólo se podían ofrecer a los muertos).
Koré dejó de llorar y Hermes la ayudó a subir a su carro. Pero en el momento en que partía para Eleusis, uno de los jardineros de Hades, Ascálafo, comenzó a gritar irrisoriamente: «Habiendo visto a la señora Koré tomar una granada de un árbol de tu huerto y comido siete semillas, estoy dispuesto a atestiguar que ha probado el alimento de los muertos.» Hades sonrió con sarcasmo y ordenó a Ascálafo que se encaramara a la parte trasera del carro de Hermes.
En Eleusis, Deméter abrazó alegremente a Koré, pero al enterarse de lo de la granada se sintió más desalentada que nunca y repitió: «No volveré al Olimpo ni anularé mi maldición de la tierra.» Entonces Zeus instó a Rea, la madre de Hades, Deméter y él mismo, a que le suplicara, y por fin se llegó a una transacción. Koré pasaría tres meses del año en compañía de Hades como Reina del Tártaro, con el título de Perséfone, y los nueve meses restantes con Deméter. Hécate se ofreció a asegurar que se cumpliera ese acuerdo y a vigilar constantemente a Koré.
Deméter consintió finalmente en volver al Olimpo. Antes de salir de Eleusis instruyó a sus sacerdotes y al rey en su culto y sus misterios.


Koré, Perséfone y Hécate eran, claramente, la diosa en Tríada como la Doncella, Ninfa y Anciana, en una época en que solamente las mujeres practicaban los misterios de la agricultura. Koré representa al grano verde, Perséfone a la espiga madura y Hécate al cereal cosechado. Hécate, la diosa de las encrucijadas o la anciana sabia, que junto con la doncella Koré y la madre Deméter, forman la triple diosa pre-patriarcal, simboliza los poderes de la naturaleza, su transformación y su emergencia cíclica; representa el poder sustentador de la vida, con sus florecimientos y repliegues estacionales, tal como se manifiesta en la naturaleza, en los seres humanos y en la cultura. Nos habla de la vida en su eterno ciclo de nacimiento, muerte y resurrección.
Perséfone (de phero y phonos, «la que trae la destrucción»), llamada también Persefata en Atenas (de ptersis y ephapto, «la que fija la destrucción») y Proserpina («la terrible») en Roma, era, según parece, el título de la ninfa cuando sacrificaba al rey sagrado. El título de Hécate (centenar) se refiere, al parecer, a los cien meses lunares del reinado de éste y a la cosecha céntuple. La muerte del rey por un rayo, o por los dientes de los caballos, o a manos del sucesor, era su destino común en la Grecia primitiva.
El rapto de Koré por Hades forma parte del mito en el que la trinidad helénica de dioses se casa forzosamente con la triple diosa prehelénica: Zeus con Hera, Poseidón con Deméter, y Hades con Koré.
Los misterios eleusinos se originaron en el templo de Eleusis en el que Ceres (Deméter) pasó su período de duelo después del secuestro de su hija Koré. Los misterios eleusinos tenían lugar durante un festival anual que duraba nueve días, durante el cual había una tregua que permitía a los fieles viajar desde todos los rincones del mundo griego. Poco se conoce de los detalles de los ritos de este festival porque fueron tratados con absoluto secreto, pero se pensaba que daban protección durante la vida y también después. Los ritos incluían períodos de ayuno y una bebida especial que pudo haber tenido propiedades alucinógenas, así como la probable recreación del rapto y resurrección de Perséfone del inframundo. Es probable que el Hierosgamos o Matrimonio Sagrado se realizara entre la sacerdotisa y el hierofante en un rito de fertilidad.
Los mitos son muy persistentes, decía Mircea Eliade, porque contienen modos de ser y de actuar que son relevantes para las personas. Al estar encarnados en diosas y dioses, animales o plantas sagrados, los mitos pre-patriarcales y sus símbolos arquetípicos comunican una historia de los tiempos primordiales que pueden iluminar las búsquedas del presente. Muchos mitos y arquetipos como el de Deméter-Perséfone siguen latentes en el inconsciente colectivo y a veces saltan a la conciencia de las personas en momentos de crisis y de cambio.
Como todos los personajes divinos del panteón grecorromano, Ceres (Deméter) tiene una naturaleza dual. Ella es la “mayor causa de alegría” porque es la diosa nutricia, pero también puede causar privación y hambre. Ella era la diosa de los cereales y de la agricultura. Debido a que la agricultura era parte de la economía de la sociedad griega, ella también estaba asociada con la abundancia y los dones de los dioses. Pero, su ira fue legendaria. El lado oscuro del arquetipo de Ceres incluye depresión y pérdida. Ceres (Deméter) quedó virtualmente poseída por su dolor y sumergida en su destructividad. Lo que nutre se convierte en lo que destruye.

Arquetipos de Ceres
Ceres es la equivalente romana de la diosa griega Deméter, y es la diosa de la agricultura. El mito del secuestro de Koré forma parte del arquetipo fundamental de Ceres (Deméter), la Madre Universal, la madre que alimenta, la madre que deja todo por sus hijos. La Gran Madre (la Diosa Madre).
La madre: El arquetipo de la madre es un dador de vida y la fuente de la crianza, la devoción, la paciencia y el amor incondicional. La capacidad de perdonar y mantener a sus hijos y anteponerlos a sí misma es la esencia de una buena madre.
En su aspecto sombrío, la Madre puede ser devoradora, abusiva y desatendida. La sombra Madre también puede hacer que sus hijos se sientan culpables por independizarse y dejarla.
Como arquetipo de la madre, Ceres (Deméter) indica el deseo de nutrir un proyecto creativo o un hijo a pesar de que esto significa eventualmente sufrir el dolor de dejarlo ir.
La salvadora: El arquetipo de salvadora brinda fortaleza y apoyo a otros en crisis. Actúan por amor sin esperar una recompensa. La sombra de la salvadora espera que la parte rescatada esté agradecida y, a menudo, tratará de mantener a esa persona necesitada. Ceres está angustiada cuando su hija desaparece y no descansa hasta que la encuentra. Está frustrada porque no puede salvar a su hija y se ve obligada a pactar.

«Dinero, madre y vida son energías equivalentes. Como tratamos a la madre, así nos trata la vida y el dinero... Nuestra abundancia está ligada a nuestra capacidad de amor incondicional y agradecimiento incondicional también. Se traducirá en nuestras vidas, primero por nuestro amor y respeto a la madre y a todas las mujeres de nuestro sistema familiar, y en segundo lugar por nuestro amor a los difíciles, rechazados, prepotentes, violentos y otras personas moralmente 'incorrectas'.»
~ Brigitte Champetier de Ribes.

Ceres en astrología: Actúa como la octava superior de la Luna, está muy conectada con la Luna y con el estado emocional. Ceres es también el arquetipo de la madre, que representa el instinto materno que se cumple a través del embarazo y la maternidad. Ceres también representa a aquellos que proporcionan nutrición psicológica, espiritual o física. Pero el arquetipo de Ceres no es solo la madre universal. El planeta, en astrología, también está asociado con los problemas reproductivos de una mujer adulta, así como con el embarazo y otras transiciones importantes en la vida de una mujer, incluidos los nueve meses de gestación, los lazos familiares y las relaciones.
Astrológicamente, la colocación de Ceres también muestra cómo lidiamos con los problemas de apego, separación y pérdida. Ceres está estrechamente alineado con los arquetipos de Plutón y la Luna y es especialmente fuerte cuando la Luna presenta a Plutón en la carta natal. Algunos padres se niegan a dejar ir a sus hijos y quieren que permanezcan en un estado inocente y dependiente. Esto se aplica tanto a los hijos como a las hijas. En el mito, Hades / Plutón es retratado como el violador, sin embargo, tomó a Perséfone como su reina y la inició en los misterios de la sexualidad. Un buen padre ayudará a su hijo en esta etapa de la vida y sabrá cuándo dejarlo ir.
Se puede detectar fácilmente a la mujer que vibra enérgicamente con el arquetipo de Ceres: Está enfocada en tener hijos, criar y cuidar a los niños y ser la matriarca de la familia. Sobresaliente en jardinería, cocina y artes domésticas, busca un compañero por seguridad en lugar de compañía intelectual o sexual. De esta manera, la seguridad que ofrece le permite concentrarse en lo que más le importa. El amor se expresa principalmente a través de su papel de madre, en lugar de como esposa. También puede ser la madre soltera que se centra en atender a sus hijos.
Una mujer con Ceres prominente en su carta natal (por ejemplo, en conjunción con un planeta personal, Ascendente o Medio Cielo), es probable que sobresalga en el papel tradicional de cuidadora y protectora de la familia. O puede ser una fabulosa cocinera o jardinera. O tal vez su función es ayudar a otras mujeres a comprender mejor la sabiduría de lo femenino y reconectarse con su poder femenino. Entiende instintivamente los ritmos de la vida y es capaz de trabajar cooperativamente y con empatía con los demás. Los hombres con un Ceres prominente pueden apreciar y mostrar cariño, sabiduría, creatividad y empatía. Estos hombres son excelentes padres. Tanto hombres como mujeres pueden experimentar un período de pérdida o separación, sin embargo, es probable que esta experiencia los abra a niveles más profundos de comprensión. Como resultado, pueden ser un compañero solidario y comprensivo durante los momentos de duelo, ayudando a los seres queridos a enfrentar su dolor y obtener un nuevo sentido de esperanza. También pueden defender sus derechos y abogar por los menos privilegiados.
En el horóscopo natal: Ceres muestra dónde es más probable que expresemos nuestro lado enriquecedor y productivo y también dónde podemos recibir mejor el cuidado, y cómo funcionamos (o no) como cuidadores en nuestras relaciones. Ceres también es indicativa de productividad y capacidad laborales, y cuáles son las necesidades del nativo de sentirse amado, nutrido y cuidado. Muestra también el área donde la persona puede proporcionar amor y comodidad fácilmente. Y puede representar problemas de custodia de niños, incluido el secuestro.


Bibliografía:
• Andreu, Teresa. (2002): Astrología y mitología: los mitos que vivimos, Barcelona, Editorial Índigo.
• George, Demetra; BLOCH, Douglas (2003): Astéroïdes Godesses: The Mythology, Psychology, and Astrology of the Re-emerging Feminine, USA, Ibis Press.
• Graves, Robert. (2011): Los Mitos Griegos, vols. I y II, Madrid, Alianza Editorial.
• Guttman, Ariel; Guttman, Gail; Johnson, Kenneth. (2005): Astrologia e Mitologia. Seus Arquétipos e a Linguagem dos Símbolos, São Paulo, Madras Editora.
• Hard, Robin. (2008): El gran libro de la mitología griega, Madrid, Editorial La Esfera de los Libros.
• Hesíodo. (1982): Teogonía. Trabajos y días. Escudo de Heracles, México, Editorial Porrúa.

Imágenes: World Goddess Oracle: Ceres, Kore, Persefone, Hekate. Artista: Thalia Took.
Otras imágenes composiciones de Ceres por Lady Amalthea.

Comentarios