Mitos, arquetipo e interpretación de Géminis

Géminis


El concepto de gemelos en la mitología se remonta al Paleolítico y puede ser una de las primeras ideas que se utilizaron en los mitos. La dualidad es fundamental para la realidad y los mitos creacionales de las culturas antiguas reflejan esa verdad. Muchos cuentan con dioses o diosas mellizos o gemelos como hermanos que defienden el principio dual del universo: la unidad se convierte en dualidad contenida dentro de una totalidad. La dualidad está conectada con el cielo y la tierra, y el vínculo entre estos mundos se encuentra en la mente humana. La dualidad representa los opuestos de la creación y la unificación de esos opuestos. Esa unión se encuentra dentro del corazón y la mente humana, en el chamán que conecta con el cielo y la tierra. La figura del chamán se refleja en Mercurio, el gobernante de Géminis. Mercurio tiene una naturaleza dual y, como Hermes, era el único ser que podía descender al inframundo y regresar sin pagar un precio. Hermes es un guía de almas y un inspirador. Es el dios de la encrucijada y los pasadizos, uniendo los mundos conscientes e inconscientes. Hermes es el dios de la alquimia y la magia, un transgresor de límites y agente del caos. Pero también es el medio a través del cual los opuestos son equilibrados, contenidos y sanados.
Este patrón se encuentra en los mitos de creación egipcios, sumerios, babilonios, acadios y griegos. Por ejemplo, en la mitología romana tenemos un par de gemelos bueno y malo en la historia de Rómulo y Remo. Eran hijos de Marte, el dios de la guerra, pero abandonados al nacer y amamantados por una loba. Más tarde, los gemelos descubrieron su verdadera herencia como reyes y se dispusieron a fundar su propia ciudad, pero no pudieron acordar dónde construirla. En la lucha que siguió, Rómulo mató a Remo y gobernó como el primer rey de Roma.
En la mitología griega existe la historia de Cástor y Pólux eran gemelos hijos de Leda, y de padres diferentes. El padre de Cástor era el rey de Esparta, y Zeus era el padre de Pólux, rey de los dioses. Este mito es el que le da su nombre a la constelación y al signo de Géminis.

Mitos de Géminis



El mito de Leda
El mito de Leda y el cisne es uno de los relatos más sensuales de la mitología griega, y expone de manera alegórica las pasiones y debilidades humanas.
En la mitología griega, Leda era una bellísima princesa, hija del rey de Etolia, y esposa de Tindáreo, rey de Laconia en Esparta, quien se había refugiado en el reino de Testio, padre de Leda, tras ser expulsado de Lacedemonia. Después de casarse, y gracias a Hércules, Tindáreo recuperó su reino y ocupó su trono junto a su mujer.
La versión más popular de este mito dice que Leda era una mujer muy bella, tanto que el propio Zeus la deseaba. Un día, mientras caminaba junto al río Eurotas, se encontró con un hermoso cisne que escapaba del ataque de un águila. Lo protegió en su regazo y se dejó seducir por éste, que no era otro que Zeus metamorfoseado. Esa misma noche Leda también se unión a su esposo. Como consecuencia, puso dos huevos: de uno nacieron Pólux y Helena, semidioses e inmortales, hijos de Zeus; del otro, Cástor y Clitemnestra, hijos mortales del rey Tindáreo.
En los diversos mitos sobre Leda, es inconsistente quiénes fueron los hijos de Zeus y quiénes fueron de Tindáreo. Todos los mitos coinciden en que Pólux era inmortal y que Helena era la hija de Zeus. Pero otras versiones no coinciden sobre si los gemelos eran ambos mortales, ambos inmortales o si Cástor era mortal y Pólux era un semidiós. O que la única mortal era Clitemnestra.
Otra versión cuenta que Némesis (diosa de la justicia retributiva, la solidaridad, la venganza, el equilibrio y la fortuna) era perseguida por Zeus y se transformaba en diferentes animales para poder escapar. Zeus la imitaba hasta que finalmente ella se convirtió en una oca y él en forma de cisne, la cubrió triunfalmente en Ramnonte, Ática. Némesis sacudió sus plumas resignadamente y fue a Esparta, donde Leda, esposa del rey Tindáreo, encontró poco después en un pantano un huevo de color de jacinto que llevó a su casa y ocultó en un cofre; de ese huevo salió Helena de Troya. Pero algunos dicen que ese huevo cayó de la luna. Otra versión narra que el huevo lo dejó Némesis en un pantano y fue encontrado por Leda. También se dice que, Zeus se enamoró de Némesis, y transformado en cisne y fingiendo estar en peligro, Zeus se refugió en el seno de Némesis y luego la sedujo, cuando transcurrió el tiempo debido, ella puso un huevo que el dios Hermes arrojó entre los muslos de Leda cuando estaba sentada en un taburete con las piernas abiertas. Así Leda dio a luz a Helena y Zeus colocó las imágenes del Cisne y el Águila en el firmamento para conmemorar ese ardid, y que Zeus deificó a Leda como la diosa Némesis. Algunas otras versiones sostienen que tres eran hijos de Zeus —otros que también Clitemnestra, quien había salido con Helena, de un segundo huevo—, otros dicen que solamente Helena era hija de Zeus y que Castor y Pólux eran hijos de Tindáreo.
La versión más aceptada del mito es la primera, y la que más han representado los artistas desde la Antigüedad hasta nuestros días, que cuenta que fue con Leda misma con quien se ayuntó Zeus en la forma de un cisne junto al río Eurotas; pero como el esposo de Leda, Tindáreo, también se había acostado con ella esa misma noche, fue por lo que ella puso dos huevos, de los que nacieron dos pares de gemelos con la misma madre, pero padres diferentes. Pólux y Helena eran los hijos divinos e inmortales de Zeus, mientras que Cástor y Clitemnestra eran los hijos mortales del esposo de Leda, el rey Tindáreo de Esparta.
Los hijos de Leda fueron protagonistas de grandes mitos y leyendas. Kastor y Polydeukes (Cástor y Pólux) llamados los Dioskouroi (Dioscuros, que significa ‘hijos de dios’ o ‘hijos de Zeus’), fueron héroes famosos y tienen su propia constelación, Géminis, que representa a estos gemelos. Helena, la más bella mujer de la Tierra, que fue la supuesta causa de la ruina de Troya, y Clitemnestra, que luego se casaría con Agamenón, el líder militar de los griegos en la Guerra de Troya, y que acabó víctima del matricidio más famoso de la cultura occidental, el de Electra y Orestes.


El mito de los Dioscuros
Los famosos héroes mellizos Castor y Pólux eran inseparables e hicieron todo juntos, por lo que a menudo se los llamaba por un solo nombre: Dioscuros. Cástor era célebre por su habilidad para domar caballos y montarlos, y Pólux, por su destreza en la lucha cuerpo a cuerpo. Eran grandes aventureros y se unieron a los Argonautas y viajaron con Jasón, ayudándole a recuperar el Vellocino de Oro. A su regreso a Grecia, también ayudaron a Jasón a vengarse de la traición de Pelias, rey de Yolco, destruyendo la ciudad. También participaron en la caza del jabalí calidoniano. Después, cuando su hermana Helena fue secuestrada por Teseo, rey de Attica, atacaron su reino. Liberaron a su hermana y secuestraron a la madre de Teseo, Etra, en venganza, quien sirvió como esclava a Helena.
Cástor y Pólux se enamoraron de Hilaíra y Febe por su gran belleza, ellas eran sacerdotisas de Artemisa y Atenea, hijas de Leucipo y por ello eran conocidas como las Leucípidas. Estaban comprometidas con los mellizos Linceo e Idas, hijos de Afareo, llamados los Afáridas. Pólux y Cástor, los Dioscuros, las secuestraron con ayuda de Eros, las llevaron a Esparta, y se casaron con ellas. Los Afáridas rivalizaba con sus primos Cástor y Pólux, y su disputa con ellos fue la causa de su muerte. Se conocen varias versiones muy distintas de ello:
En una versión, Idas y Linceo iban a casarse con sus primas Hilaíra y Febe, pero fueron raptadas por Cástor y Pólux. Tras pelear, Cástor y Linceo murieron y Zeus abatió a Idas con su rayo. Según algunos autores, el autor de la muerte de Idas fue Pólux.
En otra versión, los cuatro primos habían participado en una expedición conjunta de robo de ganado en Arcadia. Para repartir el botín, Idas mató un buey y lo dividió en cuatro partes; el que acabase antes de comer su parte se quedaría con la mitad del botín y el que lo acabase segundo se quedaría con el resto. Idas se comió inmediatamente su parte y también se tragó la de su hermano Linceo, con lo que los dos hermanos se quedaron con todo el botín. Cástor y Pólux, para vengarse, tendieron a sus primos una emboscada. Linceo, sin embargo, descubrió a Cástor escondido y le advirtió a Idas, que lo mató con su lanza. Pólux consiguió matar a Linceo, pero Idas derribó a Pólux con una piedra y en este punto intervino Zeus para matar a Idas con su rayo. Pólux, devastado por la pérdida de su mellizo, le pidió a su padre que concediera la mitad de su inmortalidad a su hermano. Por lo tanto, se transformaron en la constelación de Géminis, capaces de viajar de ida y vuelta entre el Olimpo y el Inframundo.
Otra versión del mito cuenta que Pólux le pidió a Zeus que le diera muerte a él o que trajera a Cástor de vuelta a la vida, pero en cambio, Zeus hizo que Cástor fuera inmortal para que pudieran continuar sus aventuras juntos, y los puso en el cielo como la constelación de Géminis. Entonces los gemelos se reunieron, pero tuvieron que dividir su tiempo entre el Hades y el Olimpo, pasando la mitad del año como mortales en el inframundo, y la otra mitad como divinidades.
Esta división del compromiso ilustra el hecho de que la constelación de Géminis solo se vea en el cielo durante la mitad del año. Además de esa interpretación literal, Cástor y Pólux representan la experiencia cíclica de la vida y la muerte.


Arquetipo de Géminis en astrología
Géminis es el arquetipo universal de los hermanos. Este es el primer signo del zodiaco que tiene una representación humana en lugar de una animal. Como signo de aire mutable, Géminis ofrece la capacidad de conocer y comprender la realidad. Si Aries representa el sujeto y Tauro representa el objeto, entonces Géminis es la relación entre estos dos: el conocedor y lo conocido que da origen a un tercero, el conocimiento mismo. Géminis representa la dualidad y la comunicación, lo que solo puede suceder cuando hay dos. El glifo de Géminis lo forman dos líneas paralelas verticales unidas en la parte superior e inferior, por lo que la dualidad del signo también implica una unidad, simboliza dos pilares de conocimiento y la esencia dual de la interacción cíclica.
Géminis es gobernado por Mercurio y equilibrado en su búsqueda de información por el signo opuesto de Sagitario que proporciona contexto y significado para la gran cantidad de hechos acumulados por el mensajero alado.
Géminis parece estar dividido en dos: entre intelecto y emoción, estados de ánimo claros y oscuros, introversión y extroversión, masculino y femenino, espiritual y material, racional y místico, y así sucesivamente. Géminis puede ser propenso a estados de ánimo alternos y puede haber una tendencia a reprimir un lado de la dualidad, o a oscilar salvajemente entre ellos. Pero esta eterna batalla entre el bien y el mal es una parte necesaria de la vida. La interacción entre los opuestos es lo que impulsa la creación.
El principio espiritual de Géminis es el ser espontáneo a través de la conversación, lo que literalmente significa ‘acción de girar con otro’. La palabra universo tiene la misma raíz y significa ‘el giro del Uno’. Para Géminis, la conversación más valiente posible es la que impulsa a través de la vida, y a veces ni siquiera es con una persona, sino con un ser eterno. A través de la comunicación, Géminis agrega su vibración al avance de la cultura y la civilización.
Para Géminis, la pluma siempre es más poderosa que la espada. Las personas con una preponderancia de planetas en Géminis en su carta se sienten atraídas por los juegos de azar y estrategia. Les encanta involucrar a sus mentes en actividades intelectuales. Para Géminis, la dimensión de la mente y sus pensamientos y palabras es una realidad fascinante.
Géminis también es el arquetipo de diseminar conocimiento, de la percepción mental y la versatilidad juvenil. Las personas con mucha influencia de Géminis en su mapa astrológico se vuelven increíblemente curiosas, prefieren comunicar ideas y deleitarse con información. Extremadamente inteligente, versátil y adaptable, Géminis representa el estilo de pensamiento preciso. Este arquetipo forma la génesis básica de todo lenguaje, la capacidad de procesar la experiencia mentalmente y darle un significado interno.
La naturaleza de búsqueda de variedad de Géminis le convierte en la imagen arquetípica central del informante en la búsqueda de información o conocimiento. Géminis gobierna el comercio y el flujo de ideas, así como el comercio y el periodismo. Géminis y Mercurio simbolizan la experiencia de comunicarse con la presencia eterna a través de pensamientos y palabras compartidas con las personas. Es el signo del escriba y del escritor, que aspira a pensar, percibir y aprender de la experiencia.
La casa con Géminis en la cúspide en la carta natal es donde la persona debe ser una fuente de conocimiento, curiosidad, comedia, adaptabilidad y lógica. Lo mismo ocurre con la casa que contiene a Mercurio, el antiguo mensajero de los dioses. Es en esos reinos donde puede señalar el camino como un maestro sabio al conocimiento auténtico y enseñar a otros con su ejemplo cómo reír y vivir una vida siendo espontáneo.


Bibliografía:
• Andreu, Teresa. (2002): Astrología y mitología: los mitos que vivimos, Barcelona, Editorial Índigo.
• Cardona, Francesc Lluis (2018): Mitología Romana, Barcelona, Ediciones Brontes.
• Eratóstenes. (1999): Mitología del firmamento. Catasterismos, traducción y notas: Antonio Guzmán Guerra, Madrid, Alianza Editorial.
• Graves, Robert. (2011): Los Mitos Griegos, vols. I y II, Madrid, Alianza Editorial.
• Guttman, Ariel; Guttman, Gail; Johnson, Kenneth. (2005): Astrologia e Mitologia. Seus Arquétipos e a Linguagem dos Símbolos, São Paulo, Madras Editora.
• Hard, Robin. (2008): El gran libro de la mitología griega, Madrid, Editorial La Esfera de los Libros.
• Jünger, Friedrich Georg. (2006): Los mitos griegos, Barcelona, Editorial Herder.
• Tarnas, Richard. (2009): Cosmos y Psique. Indicios para una nueva visión del mundo. Girona, Ediciones Atalanta.

Imágenes:
Dmtian - Gemini.
Lady Amalthea - Leda and the swan.
Takaki - Gemini, from Alchemia Tarot.

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