Gemoastrología: color y analogía planetaria


Método de los Siete Rayos
Existe un ordenamiento de las energías en la escala del siete, en correspondencia con los siete planetas conocidos desde la antigüedad.
La escala del siete está muy arraigada en la conciencia y la percepción humana.
Los siete rayos son una forma de definir los matices en que se manifiestan las energías radiantes procedentes del cosmos que utilizan como vía o transporte, los rayos de luz.
En técnicas astrológicas las gemas tienen una analogía doble o múltiple, tal como ocurre con la analogía de las estrellas, permitiendo emplearlas como punto de referencia para conocer, por semejanza con los siete rayos, las propiedades de cada gema, así como sus virtudes, su carácter o su comportamiento sobre los seres humanos.
Los siete rayos son una forma de definir los matices en que se manifiesta las energías radiantes que proceden del cosmos y que utilizan como transferencia los rayos de la refracción de la luz.
Esta energía radiante procede en primer lugar del Sol y también de la Luna.
Todos los seres vivos y especialmente el ser humano, somos capaces de captar estas resonancias del cielo.


Los 7 rayos y los colores de las gemas

Muchas piedras tendrán una analogía doble o múltiple, tal como ocurre con las estrellas, permitiendo emplearlas como punto de referencia para conocer, por semejanza con los siete rayos de la refracción de la luz, las propiedades de cada gema, así como sus virtudes, su carácter o su comportamiento sobre los seres humanos.

Aplicación de las correspondencias

De acuerdo con la teoría desarrollada por Vicente Maciá: Las gemas de colores amarillentos o dorados, o con componentes de oro, magnesio, azufre, o circonio, son de naturaleza del primer rayo o Sol, como: el topacio, citrino, zafiro, ámbar, pirita etc.
Las gemas blancas, nacaradas o plateadas, o con integrantes de plata, calcio, bismuto o potasio, serán de naturaleza del segundo rayo o Luna. Como: el cuarzo blanco, adularía, coral blanco, perlas etc.
Las gemas anaranjadas, multicolores, o de tonalidades grises claros o con combinaciones de fósforo, flúor, arsénico o manganeso, serán de naturaleza del tercer rayo o Mercurio, como: las ágatas, cornalina, ojo de gato, ojo de buey, etc.
Las gemas verdes, rosas, tonos pasteles o con elementos como el cobre, níquel, antimonio, berilio o silicio, tendrán una naturaleza del cuarto rayo o Venus, como: la esmeralda, olivino, amazonita, crisoprasa, etc.
Las gemas o piedras rojas, granates o con componentes de hierro, hidrógeno, cobalto o titanio, serán de naturaleza del quinto rayo o Marte, como: el rubí, granate, espinela, hematites, etc.
Las gemas transparentes, incoloras, azules, violetas o con mezclas de oxígeno, nitrógeno, estaño o cromo, ser de naturaleza del sexto rayo o Júpiter, como: la lazulita, sodalita, lapislázuli, cristal de roca, etc.
Las gemas de colores oscuros, plomizos, negras o con componentes de carbono, boro o plomo, son de naturaleza del séptimo rayo o de Saturno, como: el ónix negro, azabache, obsidiana, coral negro, etc. (Maciá, 2016, 37-39).


Bibliografía:
HALL, Judy. (2003): La Biblia de los cristales, Guía definitiva de los Cristales, Madrid, Ediciones Gaia.
MACIÁ, Tito. (2016): Gemoastrología, Barcelona, Ediciones Sincronía.
Otras Fuentes:
ALFONSO X, Rey de Castilla. (1221-1284): LAPIDARIO, Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2004, en: cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcrx965, consultado [4/junio/2016].
MORALES, Gaspar de. [1598] (1977): De las virtudes y propiedades maravillosas de las piedras preciosas, Madrid, Editora Nacional. [Primera Impresión por Luis Sánchez en 1605].