Astronomía básica aplicada a la Astrología
- Distintas concepciones sobre el sistema solar
- Sistema Solar
- Generalidades de los planetas
- Ciclo Planetario
- Latitud y Longitud
- La latitud norte puede ir desde los 0 grados hasta los 90 grados norte, coincidiendo el primer punto con el ecuador y, el segundo, con el polo norte.
- La latitud sur va de los 0 grados a los 90 grados sur, correspondiendo el segundo punto con el polo S.
- Rotación: el día y la noche
- Traslación: las estaciones
- Sistema Geocéntrico y Sistema Heliocéntrico
- Ecuador celeste
- Eclíptica y Zodiaco: Latitud y longitud eclípticas
- Equinoccios y solsticios: los signos zodiacales
- Punto Vernal
- Zodiaco
- Precesión equinoccial
- ¿Por qué se llama precesión de los equinoccios?
- Las constelaciones tienen longitudes desiguales y los signos poseen todos 30°.
- El zodíaco natural es fijo y el intelectual es móvil respecto al primero. Pero, visto desde la Tierra, el intelectual resulta ser el inmóvil, pues está "apoyado" en la prolongación del ecuador terrestre, es decir, el ecuador celeste.
- Eras Astrológicas
- es un periodo de tiempo que se corresponde con el desplazamiento en 30 grados de arco del eje terrestre debido al fenómeno de la precesión de los equinoccios, equivalentes a un mes del año platónico o ciclo equinoccial, es decir el período que tarda la precesión de la Tierra en dar una vuelta completa de 360° lo que ocurre en aproximadamente 25 776 años.
- es el período de tiempo durante el cual, el punto vernal cruza por una de las 12 constelaciones del zodiaco.
- Era de Leo (10 000-8000 años a. C.) MESOLÍTICO - Cazadores, recolectores, nómadas
- Era de Cáncer (8 000-6000 años a. C.) NEOLÍTICO - Agricultores, ganaderos y sedentarios
- Era de Géminis (6000-4000 años a. C.) NEOLÍTICO - ENEOLÍTICO
- Era de Tauro (4000-2000 años a. C.) ENEOLÍTICO - CALCOLÍTICO
- Era de Aries (2000- Nacimiento de Cristo) CALCOLÍTICO - HIERRO - HISTORIA ANTIGUA
- Era de Piscis (Nacimiento de Cristo-2000 d. C.) HISTORIA ANTIGUA - MEDIEVAL - MODERNA
- Era de Acuario (2000-4000 d. C.) HISTORIA MODERNA - CONTEMPORÁNEA - ACTUAL
- ALCOBA, María Emilia; AZICRI, Claudia; MOLINA, Cristina. (2005): Curso de Astrología: Signos, planetas, casas, Tomo I, Buenos Aires, Editorial Kier.
- ARROYO, Stephen. (2007): Astrología, Psicología y los Cuatro Elementos, Buenos Aires, Editorial Kier.
- CUNNINGHAM, Donna. (1989): Guía Astrológica del Conocimiento Personal, Buenos Aires, Editorial Kier.
- DUMON, Eloy Ricardo. (2004): Manual de Astrología Moderna, Buenos Aires, Editorial Kier.
- MARCH, Marion D. & McEVERS, Joan. (1990): Aprenda Astrología Vol. 1 Principios Básicos, México, Ed. Martínez Roca.
- TIERNEY, Bil. (2003): La Sabiduría del Zodíaco, Buenos Aires, Editorial Kier.
Astronomía Básica aplicada a la Astrología.
Distintas concepciones sobre el sistema solar. Sistema Solar. Generalidades de los planetas. Latitud y Longitud. Rotación: el día y la noche. Traslación: las estaciones. Sistema Geocéntrico y Sistema Heliocéntrico. Ecuador celeste. Eclíptica y Zodiaco: Latitud y longitud eclípticas. Equinoccios y solsticios: los signos zodiacales. Precesión equinoccial. Eras astrológicas.
Hasta antes del siglo XVII la astronomía no se distinguía de la astrología. Incluso muchos personajes que hoy recordamos como astrónomos importantes fueron también astrólogos: Nicolás Copérnico y Johannes Kepler, por ejemplo, hacían horóscopos. Hoy en día, aunque astronomía y astrología son cosas completamente distintas no podemos dejar de conocer los fundamentos originales de la astrología, es decir, la astronomía.
ASTRÓNOMO
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TEORÍA
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PTOLOMEO
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De la Escuela de Alejandría. Vivió en el siglo II d.C. Escribió el Almagesto. El Sol y la Luna giran con movimiento circular uniforme alrededor de la Tierra en un año sidéreo y en un mes sidéreo, respectivamente. Su teoría fue dogma de fe y estuvo en vigencia durante catorce siglos.
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COPÉRNICO
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Astrónomo polaco que vivió entre los siglos XV y XVI. Afirmó que el Sistema Solar cumple las siguientes leyes: los planetas describen órbitas circulares alrededor del Sol; la Tierra es un planeta que gira alrededor de su eje; el Sol está ligeramente desplazado del centro de la órbita terrestre. Su teoría no fue aceptada.
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TYCHO BRAHE
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Astrónomo danés del siglo XVI. Objetó las leyes de Copérnico y estableció las siguientes: los planetas describen órbitas circulares alrededor del Sol. El Sol gira alrededor de la Tierra, describiendo una circunferencia en un año. La Luna gira alrededor de la Tierra.
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GALILEO GALILEI
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Astrónomo italiano (1564-1642). Confirmó la teoría de Copérnico mediante observaciones realizadas con los anteojos astronómicos que construyó con un poder de aumento de 33 diámetros.
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El Sistema Solar está compuesto por el Sol y los cuerpos celestes que giran a su alrededor (planetas, satélites, asteroides o planetoides, cometas y estrellas fugaces o astrolitos).
Los planetas son cuerpos errantes. No centellean, no tienen luz propia, pero son más o menos visibles para el observador terrestre. En su movimiento alrededor del Sol describen órbitas elípticas en las cuales el astro rey ocupa uno de sus focos. El plano de cada órbita planetaria forma un ángulo de unos 8° con el plano de la Eclíptica (órbita aparente del Sol en torno a la Tierra), por lo tanto, el movimiento de los planetas se efectúa dentro de la zona del Zodíaco (faja celeste de 17° que contiene al plano de la Eclíptica).
En orden de distancia al Sol, los planetas son los siguientes: Mercurio, Venus, Tierra. Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. Mercurio y Venus son los llamados Planetas Interiores, debido a que sus órbitas cortan al plano de la Tierra en puntos interiores a la órbita de esta.
En cuanto a los asteroides, se sabe que gracias a las observaciones del astrónomo Piazzi y del matemático Gauss, entre 1801 y 1807 se descubrieron los asteroides Ceres, Pallas Atenea, Juno y Vesta.
A partir de 1845 pudo descubrirse el resto de ellos (actualmente ya se han descubierto más 20 000, de los cuales 1500 están codificados). Son pequeños cuerpos celestes en la zona del “Cinturón Principal”; el diámetro mayor pertenece a Ceres y es de 768 km. “Se supone que están integrados por la materia destinada a constituir otro planeta en la órbita vacante existente entre Marte y Júpiter, pero que fue dispersada por la influencia del enorme y cercano planeta Júpiter”.
Los cometas pertenecen al Sistema Solar. Son pequeños cuerpos que se diferencian por su visibilidad, aspecto y trayectoria. Están compuestos por una cabellera de atmósfera gaseosa que, junto con el núcleo, da lugar a la cabeza del cometa, y de una prolongación luminosa llamada cola del cometa, que se dirige en sentido opuesto al Sol. Tienen vida corta, modifican constantemente su constitución física y sus órbitas elípticas son muy achatadas. La luminosidad se debe a la luz reflejada del Sol y a la propia que generan sus átomos electrizados.
Las estrellas fugaces o meteoritos son, generalmente, porciones pequeñas de materia. Para tener una idea, son menores que una nuez y penetran a gran velocidad en nuestra atmósfera, a unos 70 km/segundo. El rozamiento las torna incandescentes porque eleva su temperatura, y visualmente dan la idea de un trazo luminoso atravesando el cielo. La temperatura de 6000° que alcanzan hace que se consuman completamente en su recorrido; si la masa es muy grande, pueden caer en Tierra y provocar estruendos y cráteres de diversa magnitud.
Los planetas, junto con las luminarias (Sol y Luna) son objetos principales del estudio astrológico. En cuanto a las estrellas fijas, tienen una importancia mucho menor, y sólo se utilizan para casos muy específicos.
MERCURIO. Nombre asignado por los romanos. Entre los griegos era conocido como “Apolo", cuando se lo observaba por la mañana y “Hermes”, cuando aparecía en el cielo del atardecer. Su separación del Sol no supera los 28°.
Es el planeta con menor masa y tamaño; tiene una corteza de silicato y un núcleo de hierro y níquel. Soporta temperaturas de 480° C durante el día y -180° C por la noche. Presenta fases como la Luna y Venus, siendo la faz creciente, la más brillante de todas. Carece de atmósfera, pero pueden observarse cráteres, llanuras y colinas en la superficie. Existe actividad volcánica en regiones subterráneas calientes.
Venus. Conocido como Phosphorus, Lucifer, Lucero del Alba o Estrella de la mañana, cuando aparece antes de la salida del Sol; o como Hesperus, Vesper, Lucero de la tarde o Estrella de la tarde, cuando se lo ve después de su puesta. Se separa del Sol hasta 48° y no más.
Con masa y tamaño similar a los de la Tierra, presenta fases y rota en sentido antihorario. Su núcleo es de hierro y níquel, la superficie presenta mucha actividad volcánica, la atmósfera es densa —con 96% de dióxido de carbono y nitrógeno— lo cual produce efecto invernadero. Temperatura media, 457° C.
Tierra. Nuestro planeta tiene forma esférica con un leve achatamiento en los polos y está cubierto en su mayor parte de agua en estado líquido y sólido. El núcleo es de hierro, cobalto y níquel. La atmósfera, compuesta de nitrógeno, oxígeno, vapor de agua y rastros de gases como el dióxido de carbono, forma un manto aislante que permite la presencia de agua en estado líquido.
Marte. Llamado “el planeta rojo” por el color que refleja. Tiene casquetes polares de nieve carbónica y tormentas de polvo. El suelo es arenoso y volcánico con abundante presencia de hierro en sus llanuras, desiertos, cráteres y canales (cauces secos originados por corrientes líquidas). La atmósfera, compuesta por nitrógeno, anhídrido carbónico, argón y restos de oxígeno, está opacada por tormentas de viento y polvo. Su núcleo es pequeño y de baja densidad, y la temperatura está por debajo del punto de congelación. Sus satélites se llaman Phobos y Deimos (Miedo y Terror).
Júpiter. El de mayor tamaño y velocidad de rotación. Con un brillo similar al de Sirio, es considerado una estrella frustrada, debido a que su masa y temperatura no alcanzan el nivel estelar y no presenta reacciones termonucleares. Las bandas son zonas de nubes en constante rotación, con torbellinos. La Gran Mancha Roja es un ciclón y debe su color al enrojecimiento del fósforo por la acción de los rayos solares ultravioletas.
Núcleo de hierro y silicatos, y atmósfera compuesta por hidrógeno con nitrógeno y carbono. Un anillo que lo rodea en la zona ecuatorial se extiende por 53.000 km fuera del límite de su atmósfera.
Saturno. Es el último de los planetas visible a simple vista. Se presenta como una estrella de luz amarilla de primera magnitud, y fue considerado durante siglos el más lejano del Sistema Solar.
Posee la menor densidad y el más importante sistema de 10.000 anillos independientes que orbitan a su alrededor, dentro de los cuales parece flotar. Se extienden unos 280.000 km sobre la zona ecuatorial con un espesor de 3 km. Reflejan la luz del Sol, por lo tanto, los anillos presentan fases y rotan en sentido horario.
De núcleo rocoso, Saturno es más liviano que el agua y muy veloz en su rotación, de ahí que es el planeta con mayor achatamiento en los polos. La atmósfera es densa, con bandas como las de Júpiter, pero de menor actividad.
Urano. Fue descubierto por William Herschel en 1781, cuando observando la Constelación de los Gemelos, detectó un cuerpo celeste de diámetro aparente y un pequeño movimiento propio. Tiene núcleo rocoso, su forma es esférica y achatada en los polos, y la atmósfera está compuesta por hidrógeno, helio y metano; presenta bandas de nubes paralelas a la zona ecuatorial. Posee 9 anillos descubiertos en 1977. Rota en sentido retrógrado sobre un eje que prácticamente coincide con el plano de la órbita, por lo tanto, cada polo pasa del invierno al verano cada 42 años terrestres.
Neptuno. Luego de habérselo confundido con una estrella, Neptuno fue descubierto en 1846, gracias a los cálculos matemáticos de los astrónomos Leverrier y Adams, quienes llegaron a la conclusión de que un nuevo planeta estaba perturbando el movimiento de Urano. Neptuno tiene núcleo rocoso. Es un cuerpo de color verdoso con anillos en la zona del ecuador y una atmósfera de hidrógeno molecular, helio y metano. Su satélite Tritón es, probablemente, muy similar a nuestra Luna.
Plutón. En un observatorio norteamericano, en el año 1930, fue descubierto el planeta más lejano del Sistema Solar. Núcleo rocoso y cuerpo helado, compuesto por metano e hidrógeno. Su órbita es tan irregular que, en ocasiones, entra en la de Neptuno. Caronte, su satélite, tiene la mitad del diámetro de Plutón, y ambos se desplazan con movimiento sincrónico de rotación y traslación.
Es el período de tiempo que emplea un planeta para completar una revolución o vuelta, tomando como referencia una misma posición en la ronda zodiacal.
PLANETA
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CICLO (órbita)
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Velocidad promedio por día en grados zodiacales
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Tiempo en signos zodiacales
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Luna
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Mes sidéreo: 27 días
Mes trópico: 29 días
12 ciclos anuales
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12° a 14°
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2 ½ días
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Mercurio
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88 días
4 ciclos anuales
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1° 40'
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18 días
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Venus
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224 días
1 ½ ciclos anuales
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1° 10'
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26 días
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Sol
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365 días
1 ciclo anual
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0° 59'
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30 días
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Marte
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687 días
1.8 años
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0° 40'
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46 días
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Júpiter
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12 años
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0° 59'
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1 año
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Saturno
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29 años
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0° 3'
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2 ½ años
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Urano
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84 años
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0° 2'
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7 años
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Neptuno
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164 años
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0° 1' 30''
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14 años
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Plutón
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248 años
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0°1'
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11 a 23 años
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El sistema usado en la astrología es el geocéntrico, pues su interés es conocer las posiciones de los astros respecto a la Tierra o, lo que es lo mismo, vistos desde la Tierra. El globo terrestre, por tanto, ocupa el centro en el estudio astrológico.
La Tierra se divide en círculos paralelos al ecuador (paralelos) y en circunferencias perpendiculares a él (meridianos), tal como se observa en la figura.
Los meridianos son circunferencias que pasan por los dos polos terrestres.
Los paralelos son circunferencias paralelas al ecuador, siendo este último el círculo perpendicular al eje de rotación terrestre y que divide a la Tierra en dos mitades iguales. Mediante la latitud y la longitud terrestres podemos localizar con precisión cualquier punto geográfico de la superficie de la Tierra (ciudad, pueblo, etc.). Ambas medidas se dan siempre en grados de arco.
La latitud se mide hacia el norte (N) y hacia el sur (S) del ecuador terrestre habiendo, por tanto, latitudes norte y latitudes sur.
La longitud se mide al oeste (W) y al este (E) del meridiano que pasa por Greenwich, en Inglaterra, punto el cual ha quedado por acuerdo internacional desde 1884 como el meridiano 0 grados.
La Tierra realiza una rotación o giro sobre su eje en 24 horas aproximadamente. El tiempo que tarda el Sol en salir dos veces por la línea del horizonte Este (naciente), por ejemplo, es por definición un día o 24 horas; pero en ese día la Tierra, debido a su movimiento de traslación alrededor del Sol, se ha desplazado casi un grado en el espacio, lo cual equivale a unos 4 minutos de tiempo de rotación.
Por tanto, la Tierra no tarda en girar sobre sí misma 24 horas, sino 23 horas, 56 minutos y 4 segundos; esto a pesar de que, visto el Sol desde la Tierra, éste tarde 24 horas en pasar dos veces por un mismo punto respecto a un observador fijo.
A partir de la rotación de la Tierra se definen los dos polos (norte y sur), que son los dos puntos de corte del eje de rotación con la superficie terrestre.
Debido a la rotación terrestre, en todo momento hay una mitad de la esfera de la Tierra que está iluminada por el Sol mientras que, la otra mitad de la esfera de nuestro planeta, se encuentra a obscuras de la luz solar.
Es importante recordar que nosotros vemos al Sol, la Luna y los planetas salir por el E y entrar por el W, debido a que la Tierra rota en sentido opuesto: de W a E.
El otro movimiento fundamental de la Tierra, aparte del de rotación sobre su propio eje, es el de traslación alrededor del Sol.
Este movimiento lo realiza cada 365 días y 6 horas aproximadamente. Por ello, debido a que nuestro año oficial es de sólo 365 días completos, cada 4 años se incluye un día más (29 de febrero) en los llamados años bisiestos, para cubrir las casi 24 horas que se han acumulado en ese período de tiempo.
Las estaciones, por supuesto, tienen su base en la traslación de la Tierra, pero NO en la mayor o menor distancia que exista de nuestro planeta al Sol pues, si así fuera, no se explicaría cómo es que, cuando en el hemisferio norte es invierno, en el sur es verano, y viceversa. Actualmente, cuando la Tierra está más cerca del Sol (perihelio) es invierno en el hemisferio norte y, cuando está más lejos (afelio), es verano en el mismo.
La Tierra no rota verticalmente respecto a su plano de traslación, sino que lo hace con su eje inclinado en 23 grados y 27 minutos. A este hecho se debe únicamente el fenómeno estacional.
Las estaciones son inversas en los hemisferios, definiéndose a estos dos últimos como las dos medías esferas en que queda dividida la Tierra por el ecuador.
Cuando en el hemisferio norte empieza el invierno, en el sur lo hace el verano, y viceversa. En el momento en que se inicia en el hemisferio norte la primavera, en el sur comienza el otoño, y al revés.
A los días en que comienzan el verano y el invierno se les llama solsticios (de verano en el norte y de invierno en el sur).
A los días en que comienzan la primavera y el verano se les llama de equinoccios (de primavera para el hemisferio norte y de otoño para el sur), el día dura exactamente lo mismo que la noche tanto en el norte como en el sur; se puede deducir que los dos hemisferios están iluminados equitativamente, ya que ningún polo apunta al astro solar.
Por el contrario, en los solsticios, uno de los dos hemisferios tiene más área iluminada que el otro.
El comienzo de las 4 estaciones del año:
• Solsticio - 22 de diciembre.
• Equinoccio - 21 de marzo.
• Solsticio - 22 de junio.
• Equinoccio - 22 de septiembre.
En lo que se refiere a la zona polar ártica, delimitada entre el círculo polar ártico (66° 33' N) y el polo norte, ésta permanece con el Sol constantemente sobre el horizonte durante seis meses, entre el 21 de marzo y el 22 de septiembre (primavera y verano para el hemisferio N). Durante ese mismo período de tiempo, la zona polar antártica está totalmente a obscuras.
La Astrología siempre ha usado y seguirá usando el sistema geocéntrico, pues esta disciplina necesita conocer las posiciones relativas de los astros con respecto a la Tierra. Es decir, dos planetas pueden verse desde el Sol (sistema heliocéntrico) a pocos grados de distancia uno del otro (conjunción) mientras que, observados desde la Tierra (sistema geocéntrico), podrían estar bastante separados.
En el sistema geocéntrico no es tan importante la traslación real de la Tierra alrededor del Sol, sino el movimiento aparente del Sol respecto a la Tierra; y no se observa la inclinación del eje terrestre respecto de su plano orbital alrededor del Sol, sino la inclinación del plano solar -en su movimiento aparente- respecto al eje terrestre, considerando este último como vertical.
La Astrología va a considerar las posiciones y movimientos aparentes de los astros respecto a la Tierra, considerando a esta última como inmóvil y con su eje en posición vertical.
La bóveda celeste es como una "esfera de cristal" a través de la cual observamos el cielo y en cuyo centro abstracto colocamos a la Tierra.
Se le considera esférica porque así es posible usar el sistema sexagesimal de grados, minutos y segundos para cuantificar las distancias entre los astros; y, también, porque al observador en la realidad se le presenta como esférica por un efecto óptico debido a la comparación con la curvatura de la línea del horizonte, curvatura de la Vía Láctea, etc.
El ecuador celeste se obtiene al prolongar el plano del ecuador celeste hacia el infinito, hasta que realice un corte abstracto con la bóveda celeste, resultando así una circunferencia.
De este modo dividimos a ese cielo esférico en dos mitades a partir del ecuador terrestre y, además, en relación a una supuesta verticalidad (geocéntrica) del eje de nuestro planeta. Es decir, todo el cielo visible se va a escrutar astrológicamente en relación a la Tierra.
Por otro lado, el polo norte celeste y el polo sur celeste surgen al prolongar en sus dos sentidos el eje de la Tierra. El polo norte celeste, como es sabido, cae a un grado escaso de la estrella polar.
El ecuador celeste nos indica la posición relativa de las estrellas con respecto a la Tierra.
Desde la perspectiva geocéntrica, la esfera celeste rota alrededor de la Tierra en unas 24 horas, produciéndose ese giro en torno al eje de rotación celeste. De ese modo, las estrellas y los planetas se mueven aparentemente alrededor nuestro en un día siguiendo planos de rotación perpendiculares al eje celeste de rotación.
Es decir, los astros se mueven en la bóveda celeste en círculos concéntricos en el eje celeste pero, tales caminos de rotación, cada observador los ve más o menos inclinados dependiendo de la latitud a que se encuentre.
El eje terrestre está inclinado respecto a la perpendicular de su plano orbital alrededor del Sol. Sin embargo, desde la perspectiva geocéntrica, es el Sol el que se mueve en torno a nosotros -en apariencia inclinado con referencia al ecuador celeste y, por lo tanto, al ecuador terrestre. Es decir, para el observador situado en los polos, cuyo horizonte coincide con el ecuador celeste, el Sol se mueve a lo largo del año inclinado con respecto al horizonte y, debido a ello, durante seis meses ve al Sol (día) y durante otro medio año no (noche).
Se define como eclíptica a la línea que recorre el Sol en su evolución aparente alrededor de la Tierra en un año. Esta trayectoria, tal como se ha explicado, está inclinada en el cielo respecto a la circunferencia del ecuador celeste o prolongación del ecuador terrestre. Dicha inclinación es de 23° 27' y se ha mantenido constante durante muchos miles de años, que se sepa.
La eclíptica es fija en el cielo puesto que la órbita de la Tierra alrededor del Sol es siempre la misma. Como se verá al tratar luego la precesión equinoccial, no sucede lo mismo con el ecuador celeste, el cual es móvil, aun cuando conserva siempre su inclinación de 23° 27' con respecto a la eclíptica.
A partir de la eclíptica se delimita el concepto de zodíaco, que es la franja circunferencial de 17° de anchura demarcada entre los 8'5° al norte de la eclíptica y los 8'5° al sur de ella (8'5 grados + 8'5 17°).
El zodíaco es la franja celeste en la cual se mueven los planetas del sistema solar, la Luna y, por supuesto, el Sol, que siempre recorre la línea medía zodiacal (eclíptica).
El porqué de esto se debe a que, en la propia estructura astronómica del sistema solar, los planetas realizan sus revoluciones en torno al Sol en órbitas más o menos inclinadas respecto al eje de rotación solar, pero dentro de unos límites o de cierta franja.
Es decir, los planos orbitales de los planetas del sistema solar (y el de la Luna) no coinciden unos con otros, pero se separan poco dentro de una franja no muy ancha. Por tanto, desde el punto de vista geocéntrico, nosotros observamos moverse a los planetas, la Luna y el Sol dentro de una banda, también limitada, denominada zodíaco. Sólo Plutón sobrepasa en ocasiones los 8'5° al norte o al sur de la eclíptica, debido a que su órbita es excepcionalmente inclinada, pudiendo llegar hasta los 12° tanto al norte como al sur.
El método astrológico para fijar con exactitud las posiciones de los astros en el cielo, tal como se hace con los paralelos y los meridianos al dar la situación de un punto en la superficie de la Tierra, es la latitud y la longitud eclípticas.
Al existir una inclinación entre la eclíptica y el ecuador celeste, tales circunferencias se cortan entre sí en dos puntos, uno por el cual el Sol comienza a subir -respecto al hemisferio norte- por encima del ecuador y, otro, por el cual comienza a descender, visto también desde el hemisferio norte.
La longitud eclíptica toma como punto 0° el meridiano 0 al primero de los dos cortes citados.
Por ser la bóveda celeste precisamente una esfera, la longitud eclíptica se mide de 0° a 359° partiendo de dicho punto 0° a lo largo de la eclíptica.
La latitud eclíptica va desde la propia eclíptica (0° de latitud eclíptica) hasta los 90° de latitud norte eclíptica o los 90° de latitud sur eclíptica.
Podemos hacer pasar un eje perpendicular al plano eclíptico, en cuyos "polos" se encuentran los 90° Norte de latitud eclíptica y los 90° Sur de la misma.
Por tanto, el zodíaco se ubica entre los 8'5° Norte de latitud eclíptica y los 8'5° Sur de latitud eclíptica.
El círculo de las cartas astrales u horóscopos representa sencillamente a la eclíptica, considerada como un círculo perfecto en un nivel intelectual y geocéntrico de observación, aun cuando la órbita de la Tierra alrededor del Sol es elíptica.
Las estaciones están causadas por la mayor o menor perpendicularidad de los rayos solares respecto a los diferentes puntos de la Tierra, debido a la inclinación del eje de nuestro planeta con respecto al eje del plano de la eclíptica.
El Sol recorre en un año el círculo de la eclíptica. Cuando nuestra estrella se coloca en alguno de los dos puntos de corte entre la eclíptica y el ecuador celeste, ésta se encuentra en el equinoccio (de primavera o de otoño). Es decir, cuando el Sol se coloca a la altura del ecuador celeste sus rayos inciden con igualdad tanto en el hemisferio norte como en el sur, siendo por tanto la duración del día igual a la de la noche (equi-noccio).
El equinoccio de primavera para el hemisferio norte (el de otoño para el sur), ocurre al estar el Sol en la posición 2 (21 de Marzo) y, el equinoccio de otoño para el hemisferio N (de primavera para el sur), sucede cuando el astro rey llega a la posición 4 (22 de septiembre).
El Sol, a partir de la posición 2, sigue ascendiendo respecto al hemisferio norte y llega al punto de máxima altura y perpendicularidad sobre éste. En ese día (22 de junio) se produce el solsticio de verano para el hemisferio norte y el de invierno para el sur, ocurriendo el día más largo en el primero y el más corto en el segundo. Además, el Sol está entonces a la altura del trópico de Cáncer, que se ubica a 23° 27' N de latitud terrestre.
A partir de ese instante, el sol inicia de nuevo su acercamiento al ecuador celeste, momento en que se produce el nuevo equinoccio (22 de septiembre), en la posición 4. Por último, el Sol llega en el solsticio de invierno para el hemisferio norte (de verano para el sur) a la posición 1. Allí, nuestra estrella se sitúa a la altura del trópico de Capricornio (23° 27' S de latitud terrestre).
Es el punto en el que tiene lugar la intersección entre el ecuador y la eclíptica correspondiente al equinoccio de primavera, en el que se produce el paso aparente del Sol del hemisferio austral al boreal.
Los signos zodiacales se delimitan a partir de los puntos equinocciales y solsticiales. Este es el llamado zodíaco intelectual o zodíaco de los signos, que es una abstracción matemática del espacio mental que rodea la Tierra, en relación indirecta con las 12 constelaciones zodiacales físicas en el cielo, que conforman el zodíaco natural.
Los signos son un espacio conceptual o abstracto de la banda zodiacal en el plano físico y, en el espacio mental, representan direcciones distintas de las fuerzas astrales con respecto a la Tierra. Desde la perspectiva astrológica, está demostrado por la práctica que los planetas emiten energías diferentes dependiendo, no sólo del signo zodiacal en que se encuentren sino, también, del grado de ese signo en que estén.
El zodíaco de los signos (intelectual) se utiliza para estudiar al hombre como individuo (microcosmos), pues es algo así como una banda zodiacal terrestre, ya que se inicia en el corte de la eclíptica con la prolongación de un círculo de la Tierra (ecuador celeste).
El zodíaco de las constelaciones (natural) no está formado por espacios mentales abstractos sino por grupos de estrellas en el cielo.
Una constelación es un grupo de estrellas en el firmamento, figurando éstas próximas unas a otras a simple vista.
El plano del ecuador celeste es la prolongación del ecuador de la Tierra y, al moverse el segundo, también se mueve el primero (ecuador celeste). La eclíptica, en cambio, es fija y permanece inmutable respecto al fondo de estrellas; pero el ecuador celeste no, ya que este círculo es una abstracción definida a partir del ecuador de la Tierra. Por todo lo anterior, la precesión equinoccial pueda explicarse también como un bamboleo circular del plano del ecuador celeste (móvil) con respecto a la eclíptica (fija).
La precesión equinoccial genera lentamente diferentes inclinaciones angulares de la Tierra con respecto al cielo o, desde la perspectiva esotérica, distinta orientación del espacio o esfera mental celeste con referencia a nuestro planeta.
El movimiento se llama precesión porque el bamboleo del ecuador celeste se realiza en sentido contrario al movimiento normal del Sol, es decir, los equinoccios van retrocediendo en la eclíptica lentamente con respecto al fondo de las estrellas fijas o constelaciones.
Por lo tanto, el zodíaco natural no coincide con el intelectual por dos motivos:
Las eras Astrológicas son períodos de tiempo de aproximadamente 2160 años, ellas se desprenden del fenómeno llamado Precesión de los Equinoccios.
Era Astrológica:
Los puntos equinocciales dependen directamente de la inclinación y el movimiento del eje terrestre, al desplazarse el eje, estos también se moverán, ello genera un ligero bamboleo en la rotación de la Tierra haciendo que la constelación que se encuentre detrás del Sol el día del equinoccio de primavera cambie gradualmente a través de los siglos, impartiendo un carácter único en los avances sociales, políticos, culturales, económicos y técnicos en la historia de la humanidad.
El movimiento del punto equinoccial o vernal tiene un sentido retrógrado (de Aries a Piscis, de Piscis a Acuario,…), en relación al Sol, la Luna y los planetas del sistema solar. Los puntos equinocciales se mueven a razón de un grado por cada 72 años, por lo tanto recorrerán todo un signo en 2160 años y los doce signos en 25 868, tiempo que se conoce como el gran año de Platón, año platónico o año cósmico.
Las Eras astrológicas se van sucediendo en sentido contrario al normal del zodíaco (Géminis, Tauro, Aries, Piscis, etc.), ya que se trata de una precesión o retrogradación del punto vernal sobre la eclíptica (círculo fijo).
Todos los 20-21 de Marzo, el Sol se encuentra a 0º del signo de Aries aun cuando, con respecto al fondo fijo de las constelaciones, este punto va retrocediendo muy despacio.
Siempre el 20-21 de Marzo el Sol está a 0º de Aries porque el punto vernal, se define como el lugar de corte del Sol con el ecuador celeste, aunque este último vaya retrocediendo en la eclíptica. El pequeño retroceso del punto vernal no influye en la duración del año, pues ya está implícito en él.
Debido a que el comienzo de la primavera (hemisferio Norte) se produce con la llegada del Sol al ecuador celeste, no importa para nada que detrás del punto vernal en el cielo, haya tal o cual constelación. Sin embargo, para la astrología sí tiene una gran trascendencia este hecho.
El 20-21 de Marzo el Sol siempre llega a los 0º de Aries para los dos hemisferios, aun cuando en el Norte se inicia la primavera y en el Sur el otoño. Este punto (0º de Aries) es una posición astrológica de una gran fuerza para el Sol. Actualmente, el Sol tiene detrás de sí (0º de Aries) a la constelación de Aquarius, por lo que la Tierra se encuentra ya en la Era de Aquarius y ha salido del grado cero de Piscis. En esa fecha, la Tierra se coloca en línea con el Sol y con el grupo estelar de Aquarius, recibiendo así nuestro planeta una poderosísima energía que ya está cambiando la dirección de la existencia humana.
Las Eras Astrológicas se generan a partir de la constelación real en el cielo que el Sol tiene tras de sí el 21-22 de Marzo, estando a 0º del signo de Aries.
Las eras Astrológicas tienen una relación directa con las religiones, y son las que unen al hombre con el Cosmos, según el conocido principio hermético de analogía: ¨Como es arriba es abajo¨.
Estos períodos marcan el nacimiento, crecimiento, desarrollo, maduración y desaparición de las distintas religiones que han servido, en un determinado momento para la evolución de la humanidad y para desarrollar las distintas cualidades del hombre.
Según los historiadores y los astrólogos historiadores, se pueden distinguir siete eras de acuerdo a sus respectivos signos, desde que el hombre habita la Tierra. Las fechas son aproximadas; ya que las constelaciones zodiacales difieren en tamaño y suelen unirse o solaparse, por lo cual resulta muy difícil conocer con precisión cuando una era cede el lugar a la siguiente.
Con estas perspectivas, los lapsos de las últimas 6 Eras son:
La influencia de un signo en una Era Astrológica se relaciona con el signo opuesto, este emparejamiento se denomina polaridad. Por lo tanto, Leo tiene polaridad con Acuario, Cáncer con Capricornio, Géminis con Sagitario, Tauro con Escorpio, Aries con Libra y Piscis con Virgo. Las Eras astrológicas se van sucediendo en sentido contrario al orden de los signos del zodiaco (Leo ,Cáncer, Géminis, Tauro, Aries, Piscis, etc.), ya que se trata de una precesión o retrogradación del punto vernal sobre la eclíptica).
La Astrología Precesional, término acuñado por Boris Cristoff, permite un cálculo exacto de la duración de esos ciclos que se identifican, fielmente con las características de los signos zodiacales.
Bibliografía:
Ilustraciones:
"Telescope with big zoom, solar system scheme and costellation on blue background", Vector illustration. ID DE IMAGEN: 21097428, ARTISTA: robuart.
"Solsticios &Equinocios", Artista: Anónimo.
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