Historia de la Astrología (De la cultura árabe y la Edad Media)


La cultura árabe
La supervivencia de la ciencia y la filosofía clásicas se debe en gran medida, al hecho de haber sido conservadas y utilizadas por las florecientes culturas árabes del Norte de África y del Mediterráneo Oriental, desde el siglo VII aproximadamente.


Sobre todo en el campo de la medicina y de la astronomía, los árabes mostraron muy pronto una extraordinaria habilidad. En Bagdad y Damasco se instalaron sendos centros de estudios y el califa de Bagdad, Al-Mansur (hijo de Haran Al Rasid) creó un gran observatorio y una gran biblioteca, haciendo de esta ciudad la capital astronómica del mundo. Es más, los estudios astronómicos árabes tuvieron una importante orientación astrológica.

Los árabes definieron una nueva, aunque dudosa, forma de astrología práctica que podía utilizarse en la vida cotidiana para todo tipo de adivinaciones, tales como el descubrimiento de los momentos propicios para emprender viajes, etc.
Sin embargo, su énfasis sobre indicaciones "favorables" o "desfavorables", en vez de profetizar acontecimientos categóricos, iba a ser de gran ayuda para la astrología al rehabilitarse en Occidente durante el Renacimiento.


Albumansur o Abu Maaschar (805-885) fue el mejor de los astrólogos árabes. Su tratado INTRODUCTORIUM IN ASTRONOMIAM muestra una positiva influencia aristotélica.
En él escribía: "Así como los movimientos de estas estrellas errantes (los siete planetas) no se interrumpen nunca, así las generaciones y alteraciones de las cosas terrenas no tienen nunca fin. Solamente observando la gran diversidad de los movimientos planetarios se pueden llegar a comprender las innumerables posibilidades de cambio en este mundo."


El INTRODUCTORIUM de Albumansur fue uno de los primeros libros cuya traducción, a través de España, llegó a Europa en la temprana Edad Media, y tuvo gran influencia en el Renacimiento de la astrología y la astronomía.


La Edad Media
En los comienzos de la Edad Media los astrólogos se enfrentaron al problema de si clasificar a la astrología como ciencia legítima o como un arte adivinatorio prohibido.
John de Salisbury (1115-1180) decidió que, por sus amplias pretensiones proféticas y su aparente negación del libre albedrío, la astrología usurpaba las prerrogativas de las propias estrellas del Creador. Se debe a San Alberto Magno (1200-1280) la separación de la astrología de sus asociaciones paganas.


Alberto Magno fue el primero en comprender el valor teológico de la ciencia y la filosofía griega y árabe. Su gran logro fue hacer accesible este conocimiento a la civilización occidental, sobre todo las enseñanzas de Aristóteles que creía que los acontecimientos terrenales estaban gobernados por las esferas celestes.
Alberto Magno llegó a la conclusión de que aunque las estrellas no puedan influir sobre el alma humana si ejercen influencia sobre el cuerpo y la voluntad humana.

Santo Tomás de Aquino (1225-1274) quizás uno de los más grandes teólogos cristianos concretó aún más las ideas de Alberto Magno. La astrología - excluía los elementos de nigromancia - podría ser aceptada como objeto digno de estudio y además podría considerarse complemento de la visión que del Universo tiene la Iglesia.
La respetabilidad académica que gozó entonces la astrología se refleja en las nuevas universidades europeas, dónde los estudios astrológicos formaban parte del plan de estudios.
La universidad de Bolonia, dónde estudiaron Dante y Petrarca, tuvo una cátedra de astrología desde 1.125. El título de astrólogo era tan importante como cualquier otro y el astrólogo era mirado con el mayor respeto.

Sin embargo, a medida que transcurría la Edad Media hubo una creciente tendencia entre los astrólogos a llevar las cosas demasiado lejos. Guido Bonatti, seguramente el astrólogo más conocido del siglo XIII, que escribió un popular libro de texto, estuvo al servicio del Conde Guido de Montefeltro. 
Al iniciarse las campañas militares del conde, ordenaba por indicación de las estrellas, tocar la campana para que sus soldados se pusieran su armadura, de nuevo para que montaran a caballo y una tercera vez para que partieran al galope. Dante en su INFIERNO, condenó a Bonatti y a Miguel Scott a la picota.

En 1327, el profesor de astrología de Bolonia, Cecco de Ascoli fue quemado en la hoguera, suministrando a la astrología uno de sus pocos mártires, aunque ello fue debido a sus ideas heréticas, no a su profesión. 
Al llegar al Renacimiento descendió algo la popularidad de la astrología, siendo los propios Papas quienes la protegieron.


Bibliografía
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ANTARÉS, G. (1981): Manual Práctico de Astrología, Barcelona, Obelisco.
DUMÓN, E. R. (2004): Manual de Astrología Moderna, Buenos Aires, Kier.
HALL, J. (2007): La Biblia de la Astrología, Madrid, Gaia.
PARKER, J.; PARKER, D. (1997): Astrología Parker: La guía más completa de una disciplina ancestral, Barcelona, Grijalbo.
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